jueves, 8 de mayo de 2014

“Cada órgano es un sentimiento”

Antonio Ortiz
Concejal y Portavoz del grupo municipal Ven-T

       Muchas personas en Arcos me conocen sólo de la política, desconocen que atiendo a pacientes con enfermedades crónicas. No hay duda de que sufrimos una epidemia

       Cuando se tratan este tipo de enfermedades que son en origen multifactoriales, no se pueden imaginar, cómo me ayuda utilizar como terapia la biodescodificación. La mayoría de las veces me lleva al origen del problema. Christian Flèche, psicoterapeuta, padre de la teoría de la descodificación biológica hablaba de las emociones. Decía que las enfermedades son una tentativa de autocuración, una reacción biológica de supervivencia frente a un acontecimiento emocionalmente incontrolable, de manera que cualquier órgano dañado corresponde a un sentimiento preciso y tiene una relación directa con las emociones y los pensamientos. Las emociones, el origen y la solución a las enfermedades. "Cada órgano dañado responde a un sentimiento", entonces podríamos decir que el cuerpo es nuestra principal herramienta de curación. Tenemos una sociedad enferma. Mi hipótesis, como muchos difusores científicos, es que las enfermedades cuando no hay una solución exterior a esa necesidad, hay una solución interior. Así podemos decir que una enfermedad es una solución de adaptación. 

       El doctor Humer, con la nueva medicina germánica, habla mucho de esto. Cuando nace el conflicto, el inconsciente inventa una vía suplementaria de supervivencia: una solución o una tentativa de solución inconsciente e involuntaria a ese shock vivido. Por ejemplo: una persona que siempre tiene prisa, puede desarrollar un nódulo en el tiroides, que envía más tiroxina y aumenta el metabolismo del cuerpo, eso la hará más rápida. Pero tener prisa es psicológico. Todo lo que captamos a través de los cinco sentidos, que vienen del interior del cuerpo, lo que pensamos o imaginamos, se traduce en realidad biológica. Si no hay una solución concreta y consciente provoca un síntoma. De manera que si escuchamos algo muy desagradable que nos afecta, podemos tener acidez de estómago. Y hay algo muy importante que debemos tener en cuenta: El cerebro no distingue entre lo real o lo imaginario. Un trozo de limón en la boca o la idea de un trozo de limón en la boca, provocan la misma salivación. En función del sentimiento particular, el shock afecta a una zona precisa del cerebro, visible por el escáner, a un órgano y a una realidad energética. Somos una unidad compuesta de cuatro realidades inseparables: orgánica, cerebral, psíquica y energética. No hay ni una sola célula del cuerpo que escape al control del cerebro, y este no escapa al control del pensamiento, consciente o inconsciente; de manera que ni una célula del cuerpo escapa al psiquismo. Un shock siempre va acompañado de un sentimiento personal que repercute en los cuatro niveles biológicos. Según la nueva medicina germánica, todos los conflictos no provocan una enfermedad, es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin solución. Cuando se dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a través de la biología.

       Distintas emociones corresponden a distintos órganos del cuerpo, todo lo que tiene que ver con la epidermis responde a conflictos de separación; el esqueleto, a una desvalorización; la vejiga corresponde a conflictos de territorio. Para las mujeres diestras, problemas en el seno y hombro izquierdos corresponden a problemas con los hijos y viceversa para las zurdas; los desajustes en el seno y hombro derechos corresponden para las diestras a problemas con la pareja y viceversa. No tener lo que se quiere y no poder digerir lo que se tiene, corresponde al duodeno y estómago. Los riñones es la pérdida de puntos de referencia. Los huesos: grave conflicto de desvalorización... Así, podríamos continuar con cada parte del cuerpo humano. Podemos decir que lo adecuado para estar sano, es revalorizar las emociones, ser consciente de las emociones y expresarlas, es decir: bailar más a menudo por ejemplo. La gente está mucho tiempo en lo emocional pero son emociones procuradas: fútbol, cine... Un malestar compartido disminuye a la mitad, continúa compartiéndolo y acabará desapareciendo. Una felicidad compartida se multiplica por dos. Por ejemplo cuando un político tiene miedo, la ira y la violencia se expresan a sus anchas. Cuando un político tiene miedo, el miedo produce rabia, y la descarga enfadándose o arremetiendo contra el opositor. Si los políticos dijéramos: "Lo que tengo es miedo", el miedo disminuye a la mitad. Hay que tomar conciencia de uno mismo y de los demás, eso nos hará mejores personas y mejores políticos. Salud y calma. O nos salvamos todos, o no se salva nadie.



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