miércoles, 10 de junio de 2015

De caracoles y cabrillas... Innovar es perfecto, reivindicar es de ley


Juan Carrasco

Hoy hablamos del esforzado animal, sí, ese llamado caracol, que dicen lleva su casa a cuestas, es famoso, por su hermafroditismo e incluso fue letra de unas conocidas sevillanas y su prima hermana la cabrilla. 

¿Quién no deleitó alguna vez su paladar, con unos caracoles en caldo, o con tomate, o con arroz? ¿O unas cabrillas en salsa?

¿Quién no echó, alguna vez, en un atardecer primaveral, tras el paso de una fugaz tormenta, quizás adornada por ese fenómeno mágico de luz y color llamado “arcoíris”, un paseíto al campo, en busca del susodicho bichito?

Sí, señores, en el tiempo que dura nuestra primavera sureña, en nuestros bares y terrazas, es el rey de la tapa. El sex-simbol del rechupeteo gastronómico. 

José Manuel
¿O, acaso dudan ustedes que en nuestro entorno y en esta, nuestra “Ruta de los Pueblos Blancos” de la Sierra de Cádiz, sí al finalizar, la bella primavera, pasean por las calles de algún pueblo, dibujado de cal y pincel. seguro que a la puerta de alguno de sus bares aparece la típica pizarrita con su clásico anuncio:

“CARACOLES EN CALDO”
“CABRILLAS EN SALSA”? 

Para deleite y goce de nuestros paladares. 

Ahora que en el afán comercial del sector hostelero parece haber hecho acto de presencia la famosa “RUTA DE LA TAPA”, con su pasaporte, para sellar y su filosofía de cocina moderna vanguardista, a la que han dado por llamar cocina de diseño, a la cual no quiero quitar mérito, no poner en duda la eficacia turística comercial de dicho evento. 

Pues sabido es, que tiene encanto y su morbillo competitivo. 

Pues bien, sepan ustedes que en el fragor de esta batalla gastronómica-comercial, siempre estará nuestro tradicional “Caracol en caldo,” nuestra “Cabrilla en salsa.”

Si no han probado ustedes aún las bondades palariegas de dichos bichitos, les aconsejo que lo hagan al baile de una cervecita, al calor de una terraza, envuelto en la placidez que nos brindan los atardeceres del sur, en paisajes tan mágicos como el que a la vista nos regala el pueblo de Arcos de la Frontera. 

Apresúrese, queda poca primavera. No deje escapar “La Ruta del Caracol.”

Su cuerpo se lo agradecerá.


El Bar Portugal
PÍA - Arcos de la Frontera

Sebastián
Existe en Arcos de la Frontera un lugar de cultura popular y sabiduría, donde se reúnen personas de todas las edades, pero en especial los veteranos, esas personas que saben lo que quieren y aprecian lo bueno. 

En dicho lugar, cuando llega el mes de mayo huele a aroma de poleo y caldo de caracoles. Es por estas fechas cuando entra otra clientela no habitual, que van como peregrinos a un santo lugar y los clientes de toda la vida, los de siempre, dicen que aquí es donde se pueden degustar los mejores caracoles del mundo, entendiendo por mundo Andalucía. 

Ana y Sebastián llevan 34 años alegrándonos el paladar, son veteranos. Desde muy temprano preparan las ollas para el paciente público. Ana es la conocedora de este arte culinario, la que le da el toque, los lava, gaitea, ingredienta, quita la espuma..., mientras por su parte Sebastián y José Manuel, hijo de ambos, se encargan de servirlos.

El caso es que no es nada raro encontrarse en este bar con algún personaje o autoridad de la ciudad, es un foro cultural, un hervidero donde te enteras de todo y se intercambian opiniones, mientras se enfría algo el vaso, pues los caracoles se sirven bien calientes. 

Después para los que no lo sepan, la manera o costumbre de comer caracoles al estilo arcense, que es la más cómoda de todas es: 

Nos bebemos primero el caldo para a continuación vaciar los caracoles en el plato y así las cascaras se arrojan al vaso. Mientras bebemos el caldo comprobamos si necesitamos algo de pique, pues se sirve a parte, a gusto del consumidor.


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