jueves, 12 de marzo de 2020

Controversias del Karma

José María Pérez Gómez

CUENTOS DEL ALMA

   Por extrañas circunstancias, Bhisma, el “abuelo” se encontraba al servicio del enemigo, los Kauravas y con juramento de lealtad. Sus nietos no querían matarlo, ni hacerle daño, tampoco él a ellos. Arjuna no se atrevía a disparar contra su propia familia pero su primo Krisna lo convenció de que aquella guerra era justa y de que un kasistrilla (rey) no puede rendirse y mucho menos cuando se ha conspirado contra él…

   “- Primero se ha de ganar la batalla, mira cuantos hombres han venido a dar sus vidas por ti, después se puede perdonar.”

   Krisna le explica a Arjuna los secretos de la vida y la muerte, del alma… Mientras Bhisma que es un gran guerrero está diezmando los ejércitos de ambos debido a su juramento de lealtad.

   Solo Bhisma podía escoger dónde, cuándo y cómo morir, tenía más de cien años y así conjuraron para que en el campo de batalla entrase una mujer, pero esto era una deshonra para quien lo hiciera, pues un hombre de la época era maldito si atentaba contra una mujer, era preferible dejarse matar por ella. Así las cosas buscaron a un homosexual, para que no fuere una mujer la que lo ejecutara. Al décimo día Krisna y Arjuna que iban en el mismo carro de combate, haciendo de auriga el propio Krisna, tienen un problema inesperado, el mejor de sus caballos ha reventado.

   Mi abuelo un fiel servidor de Bhisma ha sido reclamado por éste para que yo le entregue el mejor de nuestros caballos a Krisna. Mi nombre es Ía y recuerdo con cariño cuando Krisna me regaló un caballo de madera cuando era niño, ahora tengo 17 años y soy yo el que le devuelvo el caballo a mi Dios, pero Arjuna tiene la orden de disparar con su potente arco a todo enemigo y así proteger también a su auriga. El rey me ha mirado, tensa su arco, acaba de dispararme y casi al momento suena como un trueno, pero no, no lo es…, se trata de nuestro Señor Krisna, que ha roto con su látigo la flecha y aunque le he entregado el caballo, sigo siendo el enemigo. He obedecido a mi abuelo, pero por el contrario he desobedecido la orden de lealtad hacia los malvados a los que pertenecemos, estas son las reglas del juego: tenía que haber atacado a Krisna y a Arjuna. Mi maldición aunque divina es que sembraré mucho y recogeré poco, caeré en el olvido y nadie, ni siquiera mi mujer, ni mis hijos me valorarán por nada… No me importa, sembraré mil veces lo que necesite y daré mucho más de lo que reciba porque me hará falta.

   Por otro lado El Abuelo acaba de ver su señal: en el campo de batalla parece que hay una doncella y baja sus armas, pero Arjuna, apiadándose de él para que no muera en deshonor no para de dispararle flechas…

   Nuestro enemigo, después de haber perdido un millón setecientos mil hombres, va a comenzar a ganarnos, en parte debido a mi culpa. Los pandavas se están haciendo con el control y yo que estoy en el bando equivocado seré uno de los pocos en contarlo, me han perdonado la vida y Arjuna me ha entregado su precioso arco con sus moñas doradas que miden la intensidad del viento.

   Después de incinerar a mi padre he cogido el arco y lo he colocado sobre un improvisado altar, sobre esta reliquia hoy se levanta un templo y mi nombre ha sido olvidado, nadie sabe de mí, ni que existí.

   A causa de otras revueltas mi familia se trasladó a Israel y allí dicen algunos que Krisna volvió a manifestarse: para algunos Cristo es Krisna, son casi las mismas consonantes y similares enseñanzas, aunque su carácter ahora no parece guerrero, es igual de misericordioso e hijo de un Dios que puede ordenar que mates a tu propio hijo como prueba de lealtad.

   Uno de mis tataranietos siguió al apóstol Santiago hasta España. El apóstol se confesó a él y le dijo que había desobedecido al Señor, fue él el elegido para darle el beso de la supuesta traición, pero rehusó a pesar de que desobedecer a Dios trae sus consecuencias, aunque el Señor no quiera, por su carácter fue conocido como hijo del trueno. Amaba tanto a Cristo que le desobedeció, siendo Judas el que acometiese aquella extraña misión.

  La misión de Santiago en la Península Ibérica fue muy difícil, chocando con reyes paganos. Regresó a Jerusalén y allí fue decapitado. Los nietos de mis tataranietos le trajeron de nuevo a la Península Ibérica una vez ya cadáver, algunos de sus descendientes se convirtieron al judaísmo y fueron los primeros sefardíes, hasta que por vueltas de la vida muchos se volvieron cristianos. Durante la segunda Guerra Mundial los Peres eran masacrados por los nazis, mientras que sus primos hermanos, los Pérez se salvaban por la simple “Z”.

   Curiosamente uno de mis descendientes tenía unas extrañas creencias y trazó en Arcos un círculo en el suelo que orientó hacia la constelación de Orión, algunos lo relacionan con la mágia y otro descendiente de sefardíes de apellido Ayllón escribía extrañas hazañas de hombres con dragones. El templo donde se haya el arco de Arjuna también está orientado hacia dicha constelación, en la que todavía podemos ver representado el famoso arco de Arjuna.

   Como veis he hecho una pequeña sinopsis del Bhagavad gita, el libro sagrado de los hinduistas y le he añadido nuestro personaje que cuenta su historia a través del paso del tiempo y otras creencias. Espero que os haya gustado.

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