miércoles, 19 de octubre de 2016

El voto de los reyes...

Los Reyes Magos en Arcos

José María Pérez Gómez
Arcos de la Frontera

Por las redes sociales se publicitaban para que los conciudadanos los votaran. 

   En la ciudad del círculo mágico había unas elecciones para rey... y no uno, ni dos, sino tres, tres reyes..., reyes de la ilusión.

   En ningún país del mundo hay elecciones a rey, pero la ilusión es creer que se puede ser rey por el simple voto de los ciudadanos.

   Un verdadero rey no necesita que le voten, necesita creérselo y tomar partido. Quiero pedir perdón porque no voy a votar a ningún rey que venga a nuestra ciudad montado en un tractor. Arcos, la capital del reino taifa vale más que eso.

   Mi ilusión es que todo el mundo se vuelque y hagamos una cabalgata de película. Para empezar habría que modernizarse, ya que Arcos lo pide y lo merece, habría que cambiar los tractores y los remolques por lujosos carruajes o tronos de verdad, imaginad a los reyes de la magia paseados a hombros de sus súbditos. 

  Con cañas de bambú se podrían hacer unos tronos de lujo y así eliminaríamos el problema de seguridad que se genera en nuestras calles, con la polémica que se ha creado. Así lograríamos ser originales y la cabalgata sería distinta a todas las que ahora se hacen, pues imaginarse que viene el rey Felipe y lo montáis en un remolque, eso sería como un insulto.

   Con las cosas de la igualdad, las señoras ahora también quieren ser reinas y se atreven a usurpar el papel de rey... ¿A ver quien les pone coto? ¿Quién ha dicho que un rey no puede venir acompañado de su mujer? En este caso sería muy fácil atajar esto, pues nadie ha descrito cuantas mujeres tenían cada rey y siendo así, éstos podrían venir cada uno acompañados por sus harenes... Creo que en con el tema da la igualdad, muchos no se atreven a decir las cosas a la cara y luego pasa lo que pasa, que algunos niños les cuentan un secreto a sus padres: que han descubierto que en realidad el rey Melchor tiene tetas...

  En el Belén viviente del año pasado ya me ocurrió que entrevisté a una oveja que se sentía discriminada, porque quería ser la burra y un gallo quería ser el director de la revista PÍA...

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