viernes, 16 de diciembre de 2016

LA GRAN ESTAFA

José María Pérez Gómez
Arcos de la Frontera

   Para sacar adelante una simple naranja, un agricultor tiene que estar dado de alta en autónomos y luego ya puede abonar a la tierra, un abono por el que al comprarlo ha pagado un impuesto y que cuando riega paga otro por el agua…

   Después de un tiempo, la naranja ha crecido y ya madura es vendida a un gran almacén que ha pagado el IVA correspondiente, el almacén a su vez la vende a una tienda minorista que también paga el impuesto revolucionario y el chef de un restaurante la compra pagando más por la misma transacción. Al final el que se come esta naranja tiene que pagar las sumas de todos los impuestos más las ganancias que se hayan obtenido…  y la bola es tan grande que pagando por la misma naranja el mismo impuesto, el estado suma y sigue.

   Si el agricultor pone un anuncio para vender la naranja en alguna televisión local, el dueño de la emisora paga los derechos de emisión que a su vez se los cobra al anunciante y una vez pagado esto, al dueño de un bar le hacen pagar por encender un televisor…

  En esto es lo que consiste la contribución, eso nos permite ser ciudadanos de primera, tener los mejores colegios, las calles en perfecto estado, transporte público, alumbrado, sanidad, servicio de limpieza, agua corriente…

   La verdad es que cada vez que salgo por cualquier pueblo de la Sierra de Cádiz, me siento estafado: nos quitaron el tren por la cara, al día de hoy no tenemos un hospital público, el asfaltado de nuestras calles en una gran parte de nuestros municipios deja mucho que desear, por no tener, no tenemos ni campus universitario y nuestros jóvenes se tienen que ir a estudiar fuera, cuando vuelven se avergüenzan de que en sus pueblos no hay nada, de que sus compañeros de la capital tienen una vida más fácil y buscan trabajo fuera, se van para intentar ser mejores y más competitivos, a veces no vuelven… Todo el mundo tiene derecho a una vida mejor.

   El dinero que pagamos por una simple naranja debe ser revertido en los servicios de los ciudadanos, porque aunque parezca mentira la gente que no vivimos en una capital, tenemos los mismos derechos ¿ O no es así? Teniendo en cuenta que en las capitales el cultivo de la naranja y otros productos es rarito...

   Pequeñajos, no dejéis que os estafen vuestro futuro, la tierra de vuestros padres es la que debéis de amar, porque si os desarraigan, nadie podrá protegeros, estaréis solos, os habrán ganado la batalla haciéndoos creer que aquí no os queremos, bajo un falso apadrinamiento os explotarán fuera de casa, os arruinaran la vida, sólo conoceréis lo que es ir del trabajo a casa y de casa al trabajo, no tendréis una familia verdadera, de aquellas que tenían poder por la fuerza de sus números, aunque ninguno de sus miembros tuviese dinero... Por eso he empezado este artículo con algo tan pobre como una naranja, porque algo tan simple como el vuelo de una mariposa, puede influir a la larga en el resto del mundo, con la suma de los factores correspondientes: popularmente se dice que una mariposa que aquí vuela plácidamente  puede provocar un huracán en las antípodas...

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