domingo, 11 de diciembre de 2016

Los reptiles arcenses se niegan a aletargarse y contradicen las estadísticas...

Culebra de Herradura "invernando"
José María Pérez Gómez
Arcos de la Frontera

   Esta mañana íbamos haciendo un itinerario acompañado por mi sobrino Eduardo y nuestro amigo "Benito", un fiel perro blanco con antifaz negro dibujado en su cara. De pronto Eduardo pegó un salto hacia atrás y entonces vi el reptil, casi lo pisa, se trataba de esta linda culebra de herradura, le hice esta foto con el teléfono y le dije a mi pariente que aquí en esta zona los reptiles no se aletargan, porque existe un microclima especial debido a que la peña actúa como un radiador, la pared se calienta desde tempranas horas y despide su calor, para colmo el río les proporciona algo de humedad, debido a ello, a que están todo el año en actividad crecen más que lo que viene en las estadísticas. Esta "bichita" media con seguridad algo más de un metro, posiblemente 1,30 metros y aquí no es raro verlas más grandes y gordas de esta misma especie.

   Entonces la curiosidad de mi sobrino, un niño de 14 años me preguntó:

   - Entonces tito ¿Si aquí son más grandes porque no viene eso recogido en los artículos de ciencia o parecidos?

   - Porque eso lo tendría que confirmar un biólogo y nosotros no lo somos.

   Antes de escribir esto he mirado sobre las culebras de herradura, como estas y veréis que si hacéis lo mismo hay quien dice que no llegan a medir más de un metro y los más avanzados dicen que tan sólo llegan a alcanzar el metro y medio... 

   Arcos es un paraíso para los reptiles, las culebras de este tipo aquí en la peña superan con mucha facilidad el metro y medio, pero eso no es todo que las malpolon de aquí también han superado las cifras oficiales, llegándose a ver algunas de aproximadamente tres metros, me encontré con una de estas grandes a mediados de los '90 en el camino que baja hacia el molino de San Antón, por el Arroyo de las Nieves, era impresionante e iba en aquella ocasión acompañado por Rafael Pajuelo, me acerqué a ella e intentó meterse por un estrecho boquete pero no cabía porque se había comido una rata o algo parecido, entonces se fue hacia donde estaba Rafael y éste empezó a pegar saltos sin saber para dónde coger. El animal mediría mínimamente los tres metros, pero oficialmente nadie nos creería, pues todo el mundo sabe que una malpolon no llega a sobrepasar los 2,5 metros.

   Pero la palma de mis encuentros con ofidios se lo llevó una malpolon en la Garganta de la Foz, muy cerquita de San José del Valle y en linea recta a menos de veinte kms. al sur de aquí, en aquella ocasión íbamos acompañados por Claudio Vázquez, Santiago Sambrano y la hija de éste último que por aquellos entonces tenía tan sólo tres años de edad. Notamos como estábamos siendo seguidos, la maleza se movía y a mi lado estaba la hija de Santiago, entonces vimos al bicho, estaba a tan sólo unos metros de mí y se había levantado más de un metro del suelo para ver bien a la niña... Me fuí para la serpiente de color verde caqui y en ese momento mirándome me dió un bufido que sonó a desafiante, en ese momento ya tenía a Claudio junto a mí y al padre de la niña, por lo que el animal emprendió la huida y se metió por el hueco de un acebuche. Claudio intentó cogerla, pero la verdad es que el respeto es el respeto y lo dejamos para mejor ocasión.

   Otras veces encontramos a este raticida natural atropelladas por las carreteras y carriles que aunque desafían las estadísticas aquí nadie les echa cuenta porque son sólo eso: bichas. La malpolon es la culebra más grande de Europa y aquí la conocemos con el nombre de culebra bastarda, es capaz de comerse animales del tamaño de una liebre, gatos y perros de ese tamaño incluidos.

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