lunes, 18 de noviembre de 2019

Matan a todos los jabalíes que deambulaban por una finca de Villamartín

El guarda era uno de los que mataban a los jabalís.
Los han matado prácticamente a todos.
José María Pérez Gómez
Finca Obreguete y Fructuoso (Villamartín)

Expolio en uno de los mejores olivares del mundo. Al cotero... ¿quién le guarda?

   Estando en la finca de mi madre, llegó a lomos de una moto un señor con uniforme de guarda de coto de caza, un poco basto, no dio los buenos días, no se presentó, parecía algo simplón, pero interesado, demasiado interesado, preguntando si vendíamos la finca... porque él tenía una cliente.

 "- La finca no está en venta, señor, pertenece a ésta familia desde hace más de siglo y medio, no pensamos en venderla."

   Pero el susodicho siguió insistiendo cambiando la táctica, dirigiéndose a mi madre que estaba presente, una mujer mayor que hay que respetar, (80 años tiene). Se coló con su cacharro pasando adentro, como un intruso impertinente y empezó a hablar con ella, como si ella quisiera vender su propiedad... ya no se dirigía a mí, sino a la parte más débil de la familia, pensamos que estaba intentando sacarle información, y nos dimos cuenta que estaba actuando como un lobo hambriento. Por educación no le eché en ese momento. Error: el "cotero", creyéndose que podía hacer lo que había hecho toda la vida, salió no por la cancela, sino por otra parte del campo y por un hueco de la linde, demostrando que conoce bien el terreno que pisa, como si fuera suyo.

    Días después entró nuevamente sin permiso y tuvimos que pararle los pies desde lo alto de un olivo al que le estábamos descargando el fruto.
     
    "-¡HEEE...!"

   Cuando vio que no era bien recibido, quiso hacerse el amable, contándonos historias antiguas, de cómo los inquilinos habían mal tratado los olivos, de los buenos tiempos en que el olivar funcionaba a pleno rendimiento, de los jabalíes que habían matado en la finca y de las aceitunas que roban gente extraña... que él es el vigilante del coto y que es bueno que esto (el campo) esté vigilado.
   
Entrada a la finca
  "- Mire usted, esto no es coto, principalmente porque a mí nadie me paga nada, el contrato con los inquilinos ha sido rescindido, ellos no eran los dueños, ni de los animales, ni de los olivos que aquí hay y entre otras cosas les he rescindido el contrato porque me han desaparecido al menos 40 olivos centenarios y estaban preparando el resto para llevárselos también... 


  Llevo más de un mes recogiéndoos vuestra basura, las litronas que me dejáis en los huecos de los troncos, las latas de conserva y bebidas, las vainas de los cartuchos de escopeta... Nooo, esto no es un coto y mire, si usted es el vigilante, no ha hecho nada por impedir nada, así que lárguese. La próxima vez que se cuele llamaré a la Guardia Civil."

   
La aceituna que se produce aquí ha contribuido a
 hacer el mejor aceite del mundo, certificado por
segundo año consecutivo con el Premio 
Internacional de Nueva York, otorgado a la 
Cooperativa Nuestra Señora de los 
Ángeles (Montellano), de la que somos
miembro,
 Desde ese encuentro han pasado unos días y un trabajador nuestro le observó como se colaba otra vez, esta vez con un SEAT PANDA y después de observarlo y ver que iba con interés hacia unos olivos, cargados de aceitunas, tuvo que darle el alto y expulsarlo. Desde entonces hemos observado que los jabalís que frecuentaban nuestras tierras han sido prácticamente aniquilados... estamos sembrando zarzamora en los linderos y la próxima vez que me encuentre al intruso le detendré yo mismo, lo amarraré a un árbol y llamaré a la patrulla, eso teniendo mucha paciencia...

     Hemos prohibido la actividad cinegética con armas de fuego y no sólo eso, serán perseguidas y puestas a disposición judicial todas las personas que no respeten las normas. Queremos que la vida vuelva a fluir, porque la Naturaleza y su entorno, su fauna, sus plantas, no son un botín, sino un valor por el que merece la pena luchar y vivir.

   Los olivos son centenarios, los más viejos pueden pasar los trescientos años, aún así son jóvenes pues son arboles milenarios y se están recuperando con éxito de los daños causados por los inquilinos, que nos han hecho pasar una odisea para recuperar lo que es nuestro (los últimos años han estado de okupas con el contrato rescindido y se dedicaron a hacer daño, sin que pudiesemos hacer mucho, gracias a las leyes y a los que las interpretan).

    Afortunadamente, desde que nos hicimos cargo, no los aramos, estamos recuperando los nutrientes perdidos por esta mala práctica, tampoco los apaleamos... los estamos mimando y recogemos la aceituna con herramientas que no causan daños a los esquilmos. Por eso nuestra aceituna ecológica, del tipo Lechín, está tan cotizada.

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