viernes, 31 de julio de 2015

Don Rodrigo, el último rey godo murió en Puerto Serrano

Escenario donde don Rodrigo pudo encontrar la muerte un mes de julio de 711
José María Pérez Gómez
Puerto Serrano

Desde hace mucho tiempo que tengo mis dudas y mi hipótesis sobre cómo y dónde se desarrolló la BATALLA DEL GUADALETE. 

El historiador Sánchez Albornoz, de gran prestigio en el que hoy casi todos nos apoyamos aporta algo de luz, para él la batalla tuvo lugar en las proximidades del Wadi Lakka (actual Guadalete), en la confluencia de la Junta de los Ríos, cerca del cortijo de Casa Blanca, entre Arcos y Jerez… Otros historiadores, han creído localizar la batalla en los llanos de Caulina, donde no creo porque el Guadalete queda retirado y no hay la confluencia de ningún otro río, más bien un arroyo y estos llanos por aquellas fechas eran unas lagunas que en el mes de julio estarían secas… También ha habido autores que sitúan este episodio de la historia de España en la Laguna de la Janda, confundiendo a mi parecer los restos arqueológicos con los de otra batalla, la del Salado muy posterior a esta.

A Don Rodrigo no lo quería nadie, había llegado al poder de forma intrigante por no decir que podría haber conspirado en la muerte de su antecesor (Witiza) y que a su vez su antecesor podría haber hecho lo mismo con el padre de éste, conjeturas de las diversas fuentes. Digamos que se creía un gallo hermoso y que aunque su mujer era muy bella no se contentaba solo con ella, Egilona estaba triste porque su marido era un adultero.

Florinda la Cava era una joven refinada y debía ser más guapa que la más guapa, la mujer que cambiaría la historia del mundo. Rodrigo se quedó prendado de ella y le pidió al padre, El Conde don Julián, señor de Ceuta que la trajera a palacio, cosa muy normal, así podría tener una vida holgada mientras se le buscaba un buen casorio. Ceuta pertenecía a Bizancio y mantenía muy buenas relaciones con los godos españoles, por la cuenta que les traía.

Las cartas que Florinda enviaba a su padre son una incógnita, pero que al parecer encendió sin saberlo una mecha que cambiaría los mapas y la historia. Según cuentan algunos cronistas, en los que también se basó Sánchez Albornoz, el rey padecía sarna y Florinda se la curaba con una aguja de oro… El roce hace el cariño, pero la niña no estaba dispuesta a una relación pecaminosa, su honra valdría un reino porque aunque no os puedo asegurar ni confirmar los chismorreos de la época, pues no creo que hubiera testigos en la alcoba o donde fuera, lo cierto es que el padre de Florinda se encendió al leer alguna de estas cartas, juró venganza y sedujo a los moros para que invadiesen la península, él mismo pondría los barcos y sacó a su hija de la corte con la excusa de que su mujer se había puesto enferma y necesitaba los cuidados de su hija. Posteriormente Florinda daría a luz un bastardo y fue mamá soltera.

Cuando el rey se enteró de la invasión berberisca, estaba luchando contra los vascones, a pesar de ello y de que Tariq no representaba una amenaza grande, sólo había venido con 7.000 caballeros bereberes, vino a presentar batalla con un poderoso ejército.

Como os decía, el campo de batalla no creo que pudiera ser entre Arcos y Jerez, en la campiña, porque los 7.000 hubieran sido rápidamente rodeados y aplastados por muy cansados que estuviesen los godos, además el Guadalete en esa zona es más profundo y no permite muchas maniobras militares. En la toma de Jerez por Albar Pérez escribe Francisco Anzón que el gran estratega también en inferioridad de condiciones dijo:

“- Señores atrás tenemos la mar, a la derecha el Guadalete, a la izquierda el Guadalquivir y enfrente la muerte…

(se quitó la coraza, para que todos vieran que debajo llevaba una túnica blanca con la Cruz de Santiago, arrojó su espada, sacó un cabero de pan y continuó las ordenes)

… pues muramos con dignidad.”

Pero las condiciones estas fueron muy diferentes y si se entiende porque Albar Pérez ganó esta loca batalla, siglos después.

Don Rodrigo pudo reunir a unos 100.000 soldados para enfrentarse a los de Tariq. Siendo así, con menos de un tercio de los efectivos debería de haber aplastado a los invasores, por lo que no pudieron haberlo hecho como asegura Sánchez Albornoz porque no estaban en campo abierto. Creo más bien que la Junta de los Ríos de las crónicas árabes son acertadas, pero no donde la han situado los historiadores modernos, sólo tendrían que haber seguido el curso del río para darse cuenta de lo que estoy hablando, el sitio, el lugar ideal para plantear una emboscada.

Desde hace mucho tiempo tengo conocimiento que muchos paisanos han encontrado armas, cascos y otros utensilios en los alrededores del Guadalete, entre Villamartín y Puerto Serrano. En esta zona en el mes de julio el río lleva un caudal bajo y se puede vadear fácilmente, también hay una gran explanada donde se puede desplegar un gran ejército.

Tariq desembarcó en Gibraltar, piedra que hoy en día lleva su nombre y desde allí subió por Carteia, tomando rumbo al encuentro del enemigo por una antigua vía romana. Subió por Ximena, Puerto Galis, Ubrique y pasando por Puerto Galeo llegó a la antigua villa de Marciago (Puerto Serrano), donde chocó con las huestes de don Rodrigo, un enemigo que venía reforzado desde Córdoba por el mismo camino, entrando por Utrera, Montellano… El brillo de las corazas y las lanzas cegaban la vista.

Tariq aunque fue reforzado con nuevos efectivos hasta llegar a 12.000, se hallaba nervioso, pero no dudaría a estas alturas ir al encuentro de la gloria y subiría con toda certeza río arriba para tomar mejor posición. Los godos no estaban acostumbrados a las rápidas y repentinas escaramuzas berberiscas que durante dos días estuvieron burlándose de ellos, exponiéndose y dejándose ver mientras sus compañeros subían río arriba.

Don Rodrigo, siempre al frente de su tropa, sabedor de su superioridad numérica no quiere dilatar más esto y quiere acabar cuanto antes, cruza el río y empuja al enemigo en lo que cree una estampida río arriba.

Las fuerzas de Tariq han encontrado un lugar propio donde no sólo resistir, sino donde asestar el golpe mortal a sus enemigos. A unos 3 km aprox. de Puerto Serrano se juntan dos ríos, el Guadalete y el Guadalporcún, a unos metros antes de llegar subiendo por el curso del río, a la derecha se encuentra una explanada que hoy conocemos como Toleta, allí un ejército puede maniobrar, girarse y contraatacar. También han podido subir arqueros por los peñascos que encajonan al río y al final queda la angostura, a la izquierda el hoy conocido cerro de los muertos.

"- Todavía no me han herido... y según me cuentan unos espías el campo ya está sembrado de muertos... 

Desde mi punto de vista sólo veo los buitres, aunque puedo oler la sangre y sé que tarde o temprano entraré en el combate, por ello me he encomendado a Dios, para no tener miedo. Mi caballo está nervioso y me cuesta un poco de trabajo hacerle avanzar... 

Es un desastre, ya vemos los primeros heridos. Se baten en retirada y dicen que el rey ha muerto, hay mucha confusión, no entiendo nada, hemos venido con un poderosísimo éjercito. No me fio de Oppas y Rodrigo no merece que luche por él.  

El enemigo está más motivado, luchan por lo que dicen una justa causa: El honor de la hija del conde don Julian, humillada por nuestro rey y también por la causa de los hijos del derrocado y difunto Witiza, encerrados en una lugubre mazamorra de nuestro reino.

A Dios ha placido que la victoria hoy sea de nuestros enemigos y que mi alma sobreviva a este disparate para contároslo. No puedo seguir luchando pues no sé quién es verdaderamente mí amigo."

Ésto es lo que realmente hemos sentido Hussein y yo en el verdadero campo donde se desarrolló la Batalla del Guadalete, él desde la parte árabe y yo desde el bando godo... Todavía eran sólo hipótesis, hasta que empezamos a obtener los primeros documentos.

Tanto él como yo nos hemos emocionado, sabíamos que estábamos en lo cierto. Sólo han pasado 1.304 años... ¡Casi ná! Tanto Hussein, como un servidor hemos ido a los sitios claves de la Batalla antes de obtener los textos, es como si hubiéramos vivido aquello.

Los capitanes el obispo Oppas y Sigilberto, hermanos del difunto rey Witiza... se han retirado, han cambiado de bando, como habián pactado y ahora posiblemente tapan la salida de don Rodrigo que aun así estaría en superioridad numérica. Poco después el caballo del rey aparece vivo, asaeteado corriendo por el río…, cómo estaría el cadáver de su amo. La batalla ha concluido y como os decía a don Rodrigo ya no lo quería ni su mujer que acabó esposándose con un hijo de Muza y primer walli de Al-Andalus.

En las proximidades hay una finca llamada Sosa, allí posiblemente perdería la vida don Rodrigo. Cuando estuve escribiendo el libro Historias y Leyendas de Puerto Serrano, los lugareños, ajenos a esta historia, me contaban que a mediados del siglo XX se aparecía una extraña luz que salía por detrás de una fuente, que corría mucho y que aterraba a los presentes, de tal manera se mantiene este recuerdo que hoy en Puerto Serrano cuando alguien corre se dice:

“- Andas más que la luz de Sosa.”

A saber si no es esta extraña luz el fantasma de don Rodrigo.

El arquitecto municipal de Puerto Serrano, Pepe Luis Cuevas asesorando a Hussein Ali Hendawy
Después de confirmar nuestras hipótesis, Hussein Ali Hendawy sigue investigando en archivos árabes cómo y dónde ocurrió la BATALLA DEL GUADALETE

El pasado día 11 de julio buscando apellidos de origen morisco, me sorprendí al ver algunos que no me cuadraban y así Gálvez llamó mí atención, porque la terminación "ez" significa: hijo de..., en castellano. Entonces tras investigar en varias páginas de internet hallé una que aclaraba algo mis dudas:

http://www.islamyal-andalus.es/2/index.php/noticias-85887/memoria-94266/8152-relacion-de-algunos-apellidos-de-origen-andalusi

Así hemos podido saber que Gálvez es una castellanización de Galib que significa vencedor... ¿Vencedor de qué, de dónde? A los de Puerto Serrano sí que les suena de algo... Ahora sabréis por qué:

Imaginaros un castillo dedicado al vencedor.

Creemos que el castillo de Galib (Gailín, Gailir) pudiera estar dedicado a Tarik, el vencedor de la Batalla, cuyos cimientos aún se conservan en Puerto Serrano. Nadie ha investigado esta posibilidad porque la corrupción de los nombres no coincide y en Puerto Serrano todo el mundo lo llama Torre Gailín y así con ese nombre aparece hasta en una calle. Es algo lógico que una batalla tan importante dejase algún monumento conmemorativo, pues recordemos que la Giralda, la Torre del Oro (Sevilla) y la Koutubia (Marruecos) fueron en su día monumentos conmemorativos de la Batalla de Alarcos, mandadas a construir por Abú Ya' qub Yusuf al-Mansur (Yusuf II).

Gracias a Manolo García, a Pepe Luis Cuevas y a todos los que nos habéis apoyado.

El pasado día 22 de Julio, Hussein Ali Hendawy dio una magistral conferencia en la Biblioteca Municipal de Puerto Serrano. En ella ponía de manifiesto que los musulmanes habían acudido a la península para ayudar a sus amigos, por razones humanitarias, ya que don Rodrigo tenía esclavizado al pueblo y los judios también estaban hartos, prueba de ello es que don Pelayo no encontró apoyo suficiente en ninguna ciudad hasta llegar a Covadonga. El pueblo se sintió liberado, la gente se pasaba en masa al bando de Tariq y España iba a conocer la época de mayor esplendor, la época de Al-Andalus. Cuando en Córdoba había luz en las calles, maestros, médicos e higiene..., por lo que hoy son las calles de Londres pastaban los cochinos.

El señor Hendawy es doctor en lenguas semíticas por la universidad islámica de Al-Azhar, (El Cairo), la primera y más antigua del mundo, de allí está sacando un chorro de información, ya que la figura de Tariq para los islámicos es una de las más prestigiosas. Para nosotros esa información en parte ha sido vetada ya que al ser musulmán y estar escrito los textos en árabe, la inquisición se ha encargado de borrar su gloria e historia quemando miles de libros.

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