El Señor que convierte el agua en vino y el vino en sangre |
José María Pérez Gómez´
Decía Tesla que: - La energía es antes que la materia…
Y claro querer comprender esto es como meterse en el reino de Dios. El mismo investigador quedaba fascinado a medida que realizaba nuevos descubrimientos y para muchos, hoy nos parece el mayor científico de todos los tiempos. Nos preguntamos: ¿De dónde procede esa energía?
Jesús de Nazaret decía: - Mi reino no es de este mundo.
El cielo arriba, el mundo abajo, en Semana Santa, representaciones de Jesús recorren nuestras calles recordando las predicaciones del que decía ser el Hijo de Dios y que era más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico en el reino de los cielos.
Cuando un cuerpo pierde su energía y el motor se para, pierde la vida… los familiares y amigos lloran y el ambiente se enrarece… porque para los ignorantes, la muerte es la mayor de todas las verdades y lloran sin saber que el alma recorre los espacios infinitos y eternos.
Intentar parar el alma es como querer prender a Dios ¿Quién puede atreverse siquiera a apresar al Altísimo? Ni siquiera las presas más grandes pueden detener totalmente el paso de las aguas, al final las compuertas hay que abrirlas, igual que la mente…
Y mientras os digo esto, en Arcos, a lomos de una burra, por el Puente de San Miguel, en el Barrio Bajo, un Señor barbado va convirtiendo el agua en vino… da miedo ver la facilidad con qué lo hace y encima es vino bueno e incita a beberlo porque está invitando a todo el mundo. Un gran gentío ha acudido con palmas a recibirlo y unos borrachos ingratos en Santa María lo han prendido y al llevarlo a los juzgados, por San Francisco lo han caído. De latigazos que le han dado, la piel le han curtido de heridas y lo han devuelto a Santa María a la espera de una severa sentencia, pero Éste lejos de arrepentirse, del clero, de los políticos y de los jueces, se ha burlado, diciendo que los perdona a todos…
Por ello en la Iglesia de San Juan de Dios, unos gitanos, con clavos mohosos, a un madero lo han clavado y ya no tiene Remedio. Un turista de otro Universo está siendo linchado por la turba, mientras el consistorio mira hacia otro lado.
En la Peña de Arcos unos flamencos lloran una plegaria y el pueblo enloquecido se retuerce de dolor… Lágrimas de cera empapan las calles: resbalones, brazos partidos, caderas rotas, nada importa, los pecadores arcenses se flagelan pidiendo absolución.
Un vino que cura cosas tan extrañas como el orgullo, la tristeza, melancolía, y que eleva la consciencia, merece compasión. Desde la iglesia de San Agustín suena un tambor, dicen que suelten al extranjero porque este vino es divino y producto nacional español… Entonces ocurrió que por el Puente del Barrio Bajo, bajo una extraña luz, el Señor dio una solemne bendición y convirtiendo el vino en sangre, expiró.
En San Francisco ha aparecido un ángel, es un Niño que dice que el forastero era Dios y en San Pedro la gente se han reunido con cirios para dar un último adiós. La Soledad se apodera de las calles y un Entierro procesiona por el recinto monumental. El ayuntamiento ha acudido y algunos aseguran que han visto hasta al alcalde rezar…
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