José María Pérez Gómez
El 7 de julio de 1647 fue un día inolvidable para el duque de Arcos, también para los Napolitanos, una fecha que hoy en día se conmemora en la vecina Italia: La revuelta de Masaniello.
El marchenero José Antonio Suárez nos envió un WhatsApp en el que nos decía que el duque de Arcos era todo un personaje en Nápoles, cosa que no nos extraña tanto, debido a su condición de virrey... pero en esta ocasión es considerado el villano de la película, el malo, nada que ver con el tercer conde, el estratega de los reyes católicos antepasado de éste... y adjunto venía este vídeo que aunque está en italiano, se entiende perfectamente.
Pero claro, uno que no se corta un pelo, quiere ver más lo positivo que lo negativo. Por lo que podemos ver en este otro vídeo, la revuelta se representa en Nápoles todos los años y como hoy creo que las cicatrices estarán ya bien curadas, queremos colaborar en esa fiesta, pensando más en lo que nos une que en lo que nos separa. Masaniello es un héroe nacional que murió sin darse cuenta que su revuelta daría cinco meses después origen a la República de Nápoles y el virrey sería destituido. Todo porque en una época de penurias y miserias al duque de Arcos se le ocurrió gravar un impuesto sobre la fruta, que Masaniello un joven de veintisiete años, consideró abusivo y al grito de: "- ¡VIVA EL REY DE ESPAÑA, ABAJO EL MAL GOBIERNO! se convertiría en un icono de Italia. Eso sí la revuelta sería aplastada en 1648 por don Juan de Austria.
Creemos que los arcenses, junto a nuestros hermanos marcheneros deberíamos ir a Nápoles y participar en la fiesta, no podemos pedir perdón por lo que hicieron nuestros antepasados, al igual que ellos no pueden pedirnos perdón por las campañas de Julio César, Pompello... somos países hermanos y lo que si sabemos es que si hay una fiesta, nos autoconvidamos, tenemos mucho que aportar y estamos seguros que de aquí saldrá algo bueno y prospero para nuestras ciudades.
Curiosamente esta historia en España no se estudia y no deberíamos de olvidar nuestro pasado, el imperio español cayó desde adentro, no podemos remediarlo, pero debemos buscar lo que hoy nos une y eso sí, que debemos celebrarlo.
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