miércoles, 18 de marzo de 2020

Señales de otra dimensión

  José María Pérez Gómez

Cuentos del Alma 

    Para evitar la pandemia, una de las cosas que se recomiendan es pagar con tarjeta y claro, nos viene a la mente una señal que todos conocemos a través del libro del Apocalipsis:

    "Y hace que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les dé una marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca: el nombre de la bestia o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, que calcule el número de la bestia, porque el número es el de un hombre, y su número es seiscientos sesenta y seis."

    No sé... pero en el Apocalipsis cosas como estas que parecen esperpénticas, cobran valor y sentido cuando estas empiezan a cumplirse. Los paralelismos son odiosos, pero veréis: un ángel nos mostrará el juicio de la gran ramera que dice que está sentada sobre muchas aguas; con ella los reyes de la tierra han cometido actos inmorales... Esta mujer, por lo que parece, debe cobrar su compañía bien cara, aun así, comete errores porque usurpa un trono que no le pertenece y al final, todo el mundo lo sabe. El dinero con que le pagaban sus servicios salió de las arcas públicas y por eso de manera popular se le juzgará en vida, peor será cuando se le juzgue de verdad ante el Divino Tribunal, al que no podrá sobornar ni con el mejor de los tesoros terrenales. Por supuesto que éste rey ha perdido la cabeza y hasta el trono por esta bruja.

     ¿Conocéis a muchos reyes que hayan cometido actos inmorales? Bueno, sí, si nos ponemos a contar puede que no se libre ninguno, igual nos equivocamos y hay que tachar esta señal, menos mal, porque de vez en cuando un gran meteoro parece acechar la tierra y el que viene de verdad, lo hará cuando estas circunstancias vayan encajando... no os preocupéis hasta que una gran ramera seduzca a un rey y se entere todo el mundo, cubriendo las portadas de los informativos televisados, de periódicos y revistas.

    Hay que estar atentos porque hay señales que se escapan a la visión humana, pero se pueden palpar y hasta oír en los cacharros de cocinar y los hombres no todos estamos preparados para interpretarlas.

     Como os iba diciendo, nadie podrá comprar sin la marca de la bestia. Se acercan momentos difíciles y de gran crisis, pues debido a la epidemia se han restringido ciertos derechos que consideramos fundamentales: no todo el mundo puede ir a trabajar, tampoco salir de casa y los ahorros van mermando, hay quien ya se los ha comido y va a tener que empezar a robar. 

    Mientras todos están confinados en sus casas, el diablo se mueve con total libertad y nadie se atreve a pararle los pies, pues están asustados, esperando a ser fulminados por un enemigo invisible.

     Los medios de comunicación difunden señales de terror que contribuyen a que la sociedad esté más aborregada, sí... y dormida, ante un peligro que es inminente. Hasta que no veáis el humo de las hogueras, no os atreveréis a salir de vuestras madrigueras, mientras el frío acero de la guadaña va cegando a diestro y siniestro, arrancando de sus cuerpos vidas enteras.

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