miércoles, 27 de julio de 2016

Cuando el aparato de la JUSTICIA cae como venganza sobre un perturbado psíquico

José María Pérez Gómez
Arcos de la Frontera

   El médico de nuestra familia dice que él solo está autorizado a prescribir Tranxilium 5, pero a mi hermano Jacinto en la prisión le han estado prescribiendo una dosis 5 veces superior a lo máximo que este doctor puede. 

   Tranxilium 25 no es nada normal, algo pasa, pero a las familias solo nos llaman cuando nuestro familiar está grave, ingresado en un hospital, porque por allí siempre todo va bien, incluso los planes de reinserción en estas condiciones.

   Esto es un crimen, pues Jacinto intentó suicidarse hace un mes y esta prescripción demuestra que saben que es un enfermo psíquico, por lo que siendo así está prohibido que lo tengan en presidio.

   NO DEBE ESTAR ALLÍ, ni él ni ningún otro enfermo mental como él o parecido. Donde debe estar un enfermo mental es en un centro de tratamiento.

   Aunque sea duro, no quiero que mi hermano salga en estas condiciones, lo que realmente quiero es que se cure y que todos sepan que se trata de un enfermo. Pido un poco de comprensión.

   Sentimos mucho las cosas que pasaron en el pasado, pero no creemos que insultar a una jueza y los daños que causó sean para meterle 17 años de condena. Lleva desde 2001 enredado y ya lleva en la cárcel más años que cualquier asesino, por ejemplo De Juana Chaos, con 25 imputaciones por asesinato salió con sólo quince años de cárcel y sin mostrar arrepentimiento.

    Jacinto no ha matado a nadie, es un enfermo.

   En la instrucción lo metieron en el área de salud mental de Jerez, pero claro, mi hermano nunca quiso reconocer su estado mental y entonces vinieron los cuervos a aprovecharse de mi padre. En la audiencia tiraron por tierra la instrucción para vengarse, imputándole como si fuera un criminal y en esta locura no sabe uno quien es más ciego o loco, porque siendo una barbaridad lo que hizo mi hermano, no eran más que daños materiales y obra de un perturbado enloquecido por un desamor y amparado en la droga (hasta entonces atenuante). 

   Mi padre quiso pagar los desperfectos, pero ahí el abogado de "oficio", (pues Jacinto renunció al de pago que le ponía su padre) le persuadió de que no lo hiciera, que no servía de nada y que eso lo debía de pagar el consorcio. Así don Rafael Huertas Calzado, que así se llama este señor letrado le iba sacando por detrás los cuartos a don Manuel que porque defendiera bien a su hijo le libraba buenos dineros y le pagó al de oficio lo que hubiera pagado por los coches como si fueran nuevos...

    La jueza Rosa María Fernández tomó como amenazas posibles y solidas unas cartas que Jacinto le envió, en una de ellas le deseaba que: "- Se le resecara su vagina..." Y claro esto es una vergüenza inconcebible, como el ejemplar escarmiento que iba a darle, sin pensar esta señora que a quien iba a matar era a mi padre. El pobre murió a los 68 años sin ver a su hijo libre y ella, la magistrado ha subido en la sociedad como la espuma..., por lo bien que hace su trabajo. En el enunciado decía que mi hermano había atentado contra la libertad sexual, pero le metió trece años por incendio y otros tantos hasta sumar 17 por las cartitas que recibió desde el presidio donde lo envió. Esto lo digo porque ya estoy más que harto de callar, lo volveré a repetir donde quiera que me llamen, porque desde entonces LA JUSTICIA para mí es otra cosa. No puedo asegurar que mi hermano se recupere, para mí, me lo habéis matado.

   Ahora que lo sabéis, cualquier autoridad que mantenga esta situación no está cumpliendo ordenes, sino que es complice, pues el cometido de todos nosotros es cumplir y hacer cumplir la CONSTITUCIÓN lo mande quien lo mande.

   No sé cómo va a pagar ahora el ESTADO el daño que a Jacinto se le ha hecho, no creo que paguen y que si así fuera, todo le que le dieran no resarciría nada en comparación con la venganza que en su persona ha sufrido. Pues además cuando alguien es condenado, el estigma ya lo tiene puesto y todo lo que debería ser REINSERCIÓN, se convierte en un linchamiento.

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