El silencio de la noche fue roto por una voz de mujer, sí y allí, por los rincones de la Parroquia de San Pedro, muchos salieron de sus casas a buscarla, encontrándola en la Plaza del Cananeo.
Vanessa Arriaza que así se llama la cantaora, no tenía duda de que algo había pasado en: Lo alto de la Sierra del Palomar... y firmemente, con su dulce voz lo narraba, entonando sus cuerdas vocales, como en un recital flamenco, mientras que Amanda Sampalo lo expresaba al baile, junto a Antonio de Manuela que percusionaba al ritmo de guitarra que marcaba Manuel "Carbonero Hijo"
La Plaza del Cananeo se convierte en verano en un Teatro Flamenco y en un foro cultural digno de la mejor cátedra. Actuar aquí acrecienta el curriculum porque los espectáculos que aquí se graban, están dando la vuelta al mundo. Conocedores de esto, Antonio Ramírez y Nieves Rojas, se esmeran en contratar artistas de calidad, en adecentar la plaza, que el sonido sea bueno y que no falte un detalle.
Para nuestra revista, es un orgullo que empresarios comprometidos con nuestra cultura y arte puedan realizar sus sueños en nuestra ciudad, seguiremos ayudándoles porque el camino no es siempre de rosas y llegando hasta aquí, tienen el cielo ganado.
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