domingo, 12 de agosto de 2018

Se llevó los mejores momentos de los que llegamos a conocerle como un hermano

Francisco López Gutiérrez
José María Pérez Gómez

Cuentos del Alma

   El espíritu es como una energía, una corriente eléctrica que envuelve todo lo que tocamos o hacemos, dirigiendo nuestras acciones, por encima de nuestro cerebro, sin siquiera llegar a pensar que eso, que es como una corriente electrostática que nos rodea, termina afectándonos en nuestros actos, como lo hacen las sustancias químicas, los fármacos, aromas o bebidas...

   No, no somos libres, todo lo que entra en contacto con nuestro SER, nos afecta.

   Mucha gente creen que los placeres de la vida son el sexo, el dinero y una loca forma de divertirse, bebiendo y consumiendo sustancias psicotrópicas... sin entrar en temas espirituales porque para ellos el espíritu no existe y resignados en su ignorancia, te dicen: 

"- Esto es lo que nos vamos a llevar." (Y no es así, si eso es lo que quieres llevarte, eres un fracasado)

    Esto es lo que nos gustaría llevarnos, permitirme que os hable de un hombre: Francisco López Gutiérrez, fue como un hermano para mí, su vida no fue fácil. Nació en una cueva, entre la Fuente del Río y el Camino de las Nieves, de pequeño fue cabrero y el mayor de cuatro hermanos. Cómo se tenía que buscar la vida, fue también chatarrero y feriante (a mucha honra), conoció bien los bajos fondos, la pobreza y un mundo de miserables, teniendo todas las papeletas para entrar y caer en los infiernos... 

   Pero como os decía, esta energía que nos envuelve, nos condiciona, el espíritu de él es uno de los más grandes que he conocido y aunque él no lo sabía, pasito a pasito iba a subir una gran escalera, sí, su camino, aunque difícil le hizo hacerse mecánico, cosa rara, pues en su familia se extrañaron de esta afición. Así resultó ser que Kisko, como cariñosamente le llamábamos, era más amigo que mecánico y no ganaba apenas dinero, por eso de que la mayoría de los coches que arregló, por no decir todos, eran de compromiso.

   Pero no todo iba a ser negativo, gracias a su carácter Kisko podía juntarse lo mismo con un barrendero que con un catedrático o académico. Sí, era amigo de sus amigos, tantos que no puedo nombrarlos vaya a ser que alguno se me olvide y se moleste. 

   Beatriz, su mujer y sus hijos Milagros y Kiskito permitieron que cultivase sus amistades y que hiciera lo que le gustaba. Él nunca los defraudó, puedo dar cuenta de ello, siempre pensaba en ellos y en qué le llevábamos de regalo. Ha sido un gran colega de aventuras, juntos recorrimos más de media España y prácticamente todo el norte de Marruecos, practicábamos montañismo y con sus ocurrencias de cabrero, nos salvó en más de una ocasión... Recuerdo una de las excursiones épicas en las que llegando a la Cueva de la Motilla nos calló un inesperado y solemne chaparrón, que nos empapó toda la ropa y eramos un buen grupo, no obstante, la expedición no se suspendió... A pesar del frío que estábamos pasando, recogimos leña mojada y entramos en la cueva, quitándonos la ropa y quedándonos en calzones. Sólo un maestro en supervivencia como él, nos podía hacer fuego con leña mojada y lo hizo con el aceite que extrajo de algunas latas de conserva.

   Otras veces, me lo llevaba a mis investigaciones y cuando estaba escudriñando en la vida de don Rodrigo Ponce de León, estuvo conmigo en los campos de batalla. Yo le contaba los hechos que había leído en documentos y juntos "veíamos" a los personajes en acción. Bestial fue nuestra experiencia en el campo de Batalla de la Axarquía, a unos metros de Málaga, en el hoy conocido por estos hechos como Cerro de la Matanza, lamido por el Arroyo Jabonero cuando lleva agua. Allí estábamos, junto a Salvador Rus y Jesús Núñez que inmortalizó aquello en vídeo.

     En otra ocasión fuimos junto a Salvador Rus y Juan Manuel Velázquez-Gaztelu andando desde Arcos hasta Ronda y el avituallamiento nos lo ponía en medio del camino Manolo "Cañá", junto a Loli y el primo Pepe Luis Cuevas... Ochenta kilómetros campo a través, durmiendo bajo las estrellas, como en tantas otras ocasiones. Mención especial el cortometraje: EL FIN DEL MUNDO que hicimos en el 2005 y que llenamos en su estreno el Teatro Olivares Veas. Él era nuestro inventor, e iba a salvar al mundo haciendo una nave, para escapar de la Tierra e ir a Marte. Una nave como el arca de Noe, pero viajando mucho más rápido, con unas alas de murciélago que alcanzan 17.000 revoluciones por minuto, suficiente para volar.

   Él tenía contrastes, había sido caballero legionario, era un patriota convencido, incluso habiendo estado prestando servicio, vio un OVNI en Ronda, que aunque lo vieron mucha gente y fue noticia, a él se le posó a pocos metros, mientras dormía una siesta debajo de un árbol, despertándose porque notó la sombra... "- Como una plaza de toros de grande." (Nos decía). Desde este hecho, notó que su cuerpo no era el mismo, a pesar de que tenía una cicatriz en una costilla..., una costilla deformada por la patada de una bestia cuando era pequeño. A pesar de ello y de que respiraba a medio pulmón, estaba en la legión. 

    Una vez visitando un rico templo me dijo:  "- ¿José María, para qué la Iglesia tiene tantas riquezas, por qué no las reparte y así ayuda a los pobres...?" y fue entonces que le dije: " - ¿Te gusta el arte? Sólo los que tienen dinero pueden permitírselo y para ver arte del bueno, tenemos que ir a los templos, da igual la religión que sea y verás que las forjas, las imágenes y todo están hechas por hombres, artistas, que igual... no creen en Dios, de ahí aprendemos. El dinero llama al dinero y la gente que venimos a ver estos monumentos, no sólo pagamos la entrada al templo (ético o no, Jesús echó a los mercaderes) también comemos en restaurantes y movemos la economía de la zona y eso es lo que indirectamente ayuda a los pobres."

   Desde entonces, no paramos de ir a ver monumentos y cada vez apreciaba más el factor humano de los constructores, sabía ver las cinceladas y con qué herramientas pudieron hacerse, por ejemplo en un pozo encontró unas extrañas herramientas que pensaba pudieron servir a los canteros que construyeron la torre de Santa María. Su ojo era capaz de ver lo que a los demás se nos escapaba y no necesitaba de ningún instrumento especial, nada más que su instinto.

    Hace unos meses, desde el nueve al once de marzo, realizamos nuestro último viaje, estuvimos en Guadalupe y en Toledo, allí notó que no podía subir una cuesta y dimos por terminado el viaje, lo monté en el coche y dimos una vuelta por el centro de la capital, colándonos hasta las puertas de la Catedral sin andar y nos vinimos para Arcos. El día doce ingresó en el Hospital de Jerez, no me dijo nada de su dolencia porque quería hacer el viaje, pues días anteriores se había mojado en una tormenta y aunque estábamos festejando que se había recuperado de un cáncer de pulmón... había cogido una neumonía. Desde entonces su vida pendía de un hilo y la cosa se fue complicando y él lo sabía, estando consciente hasta unas horas antes de irse. Sus conversaciones conmigo fueron espirituales, pues yo salí vivo de un hospital, después de haberme resucitado los médicos. El sábado, horas antes de irse, pidió ser sedado y le dijo a su hijo que me avisara. Fui a despedirme y estando sedado me conoció la voz y por dos veces abrió los ojos con mucho esfuerzo, no hizo falta que me dijera nada para saber lo que quería decirme.
   
    Aunque no tengamos la misma sangre, siempre seré tu hermano. Dale recuerdos a tu madre y a mi padre.
    

8 comentarios:

  1. Con un gran nudo en mi pecho jamas lo olvidare

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  2. En este, nuestro mundo donde solo se mide a un persona por su riqueza o su poder, existen humanos inmensamente ricos, seres espirituales que son capaces de apreciar la belleza que nos rodea en perfecta comunión con la naturaleza y saluda al hermano pájaro y al hermano árbol que bebe en un arrollo huele el romero y el tomillo como si fuese el mayor de los perfumes, y se maravilla de la arquitectura de la pintura de la música, la literatura, imaginando que manos fueron capaces de labrar esa roca, dar esa pincelada tocar ese instrumento o escribir ese verso, esas personas son las que dignifican este mundo nuestro.

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  3. Bonitas palabras no se merecia menos.... Asta siempre kisko 😘

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  4. Que bonito Pía , no sabía q conocieras tanto a mí primo , gracias por esta historia que no conocí

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  5. Solo un buén amigo pude hablar con esas palabras tan bonitas, emocionantes. Dónde estés Kisko seguro estarás bién. Descansa en paz

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