domingo, 27 de mayo de 2012

Olé, olé, al Rocío yo quiero volver...

Hermandad de Villamanrique
José María Pérez Gómez
El Rocío


Virgen del Rocío
            Acompañado por dos herejes y un montón de excusas me fui para el Rocío, el primero porque tiene un "Desván" lleno de trastos viejos y organiza caravanas de solteros, (www.erdesvan.com www.mevoydecaravana.com), el segundo porque su madre que era una mujer de gran fe, murió hace unos meses esperando un milagro y os faltaba un servidor, yo…, que con la excusa de que se me había “escapao” la Hermandad del Rocío de Arcos, no iba a tener nada que publicar en el PÍA…, y de paso:

-          “ Si nos vamos para la aldea, avisarme si veis alguna famosa despistá por si la retratamos, ya que voy con mi cámara y también soy algo paparazzi…

Como os decía el peor de todos era yo, quería también darle una sorpresa a mis amigos, a Paco el Tamborilero de Puerto Serrano en especial y a tanta gente que conozco de todos lados…

                Aproximadamente a las 10:50 de la mañana ya estábamos en la Aldea, íbamos muy guapos los tres, que aunque no llevábamos trajes de corto se notaba nuestra presencia, las vacas de los simpecados se nos quedaban mirando…

La Fe mueve montañas...
Entramos en la Ermita y coincidimos con la presentación a la Señora de las Marismas, de la Hermandad de Villamanrique, el templo estaba repleto, el sonido de los tamboriles, acompañados por sus dulces flautas retumbaba en la bóveda del Templo… Jesús Núñez se nos perdió grabando para su Desván a la cofradía de Villamanrique, mientras Kiko permaneció a mi lado. A pesar de la presentación que os he hecho antes, la Virgen nos sonrió, ya estábamos en el Rocío y atrapados, cautivados…, os explico, perdonad que a algunos os suene a heregía el que cite a otra religión, los islámicos dicen que:  - “ No hay más vencedor que Dios (Alá) y nosotros somos su instrumento... Puestas así las cosas nosotros no hemos venido al Rocío, ha sido la Virgen la que nos ha traído, la que nos ha llamado…, Ella nos ha vencido y hasta aquí de una manera u otra nos ha traído, pronto nos daríamos cuenta de ello. Los sacerdotes dicen también que ellos no se ordenan, sino Dios es el que así lo dispone.

Las Hermandades van llegando
                Al salir de la Ermita llamé a nuestro amigo Paco, el Tamborilero de Puerto Serrano, que no sabía nada, pues nada le habíamos dicho. En su teléfono suena una Salve Rociera, pero de descolgar el aparato nada de nada, así una vez y otra…, mientras recorríamos la aldea e íbamos haciendo fotos…, todo nos parecía de película, el colorido, los caballos, los simpecados, los bueyes, las mujeres, las luces…, íbamos a la deriva, pero íbamos y lo de conocer a nadie, nada, de incognito total. Jesús nos metió en una Casa Hermandad de un pueblo de Huelva del que ni él se acordaba, eso si, nos dieron algo para reponernos y refrescarnos como si nos conociéramos de toda la vida, bueno Jesús que tiene un Desván muy grande conocía a dos.

El escenario es de película
                Estaba impaciente por llegar a la Casa Hermandad de Arcos, miré en un mapa en la calle y vimos que estaban en la calle Ánsares número 38, nos situamos con dificultad pues el mapa no estaba bien orientado y pusimos rumbo a dicha casa. Para nuestra sorpresa en esa casa estaba la cofradía de Velez Málaga, así que decido preguntar a unos señores:

-          “ Por favor ¿Arcos?

-          “ Nosotros también la estamos buscando, soy Luis, primo de Faustino (Hermano Mayor) Lo estoy llamando y no me coge el teléfono (algo muy normal en el Rocío) toma mi teléfono y el primero que se los encuentre que llame…

Eh aquí donde viene lo mejor, la calle Ansares está junto a la calle Lince, que a su vez está junto a la calle Águila Imperial, pues no me cabe duda de que se los habrán comido..., habíamos puesto ilusión en quedar bien, en llegar y dar una sorpresa, algo que no fue posible, los sorprendidos fuimos nosotros por creernos una empresa fácil y aun así veníamos contentos,  habíamos hecho un montón de kilómetros derribando prejuicios y conociendo a gente nueva que esa fue nuestra penitencia, recorrernos toda la aldea y fundirnos en la fiesta sin conocer a nadie, pero nos teníamos que ir pues habíamos quedado en Mazagón, sintiendo como si nos hubieran robado un trozito de corazón, con la promesa de volver, eran las 15:30 horas y no fue la última sorpresa, que al intentar cruzar la carretera de Matalascañas, los guardias del Sacro Imperio, la guardia civil, uno de ellos salió corriendo a nuestro encuentro, para decirnos con demasiada amabilidad a la que no estamos acostumbrados por la Sierra de Cádiz, que él venía a cortar el tráfico, para que atravesásemos la calle con total y absoluta seguridad para que no nos pasase nada, que la Guardia Civil vela por vosotros… Miré a sus compañeros y me hicieron un gesto que no pudimos más que sonreírnos y darles las gracias.
Hay gente pa' to...

Francisco López y Jesús Núñez

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