Por fin recuperé las tierras de mis ancestros, donde sus olivos centenarios han producido las aceitunas que han dado el mejor aceite del mundo, premiado en Nueva York 2018.
No pienso arrancar los olivos que plantaron mis bisabuelos aunque haya que recoger las aceitunas a mano. Podría hacerlo y ganar más, sembrando nuevos árbolitos, pero pienso que ya que las propias almazaras están haciendo diferencias en calidades, será porque merece la pena... es parte de nuestra cultura milenaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario