La cofrades de la Hermandad del Prendimiento de Jerez no están para bromas, a su junta directiva la han cesado mediante un decreto, por un "escándalo"...
"- Nos han destituído por haber saludado a la Soledad." Este escueto escrito ha corrido como la pólvora por las redes sociales y ha repercutido, más allá de la ciudad del vino. El capataz, don Juan Montero desobedeció a su propia Junta de Hermandad el día que salieron en procesión extraordinaria y las discordias entre cúpula y soldados han acabado en batalla dialéctica, en desorden y una imagen aberrante, en la que la propia jerarquía eclesiástica, al intervenir, parece que ha echado gasolina para apagar el fuego... No hay perdón y sin él, tampoco hay cristianos.
Son las hermandades las que tienen el poder, eso está claro. Un decreto, es la vía rápida, el atajo, señal de un descontrol donde no se sabe cómo poner PAZ y así no se puede ofrecer JUSTICIA, ni claridad. Debe haber un procedimiento canónigo más acertado, que garantice los derechos de los procesados para cesar si cabe, a toda una Junta de Gobierno. No hacerlo, no mediar, es no estar preparado para los acontecimientos, falta de autoridad... y no es de recibo en el ceno de la Iglesia. Habría que preguntarse si esto beneficia a la comunidad.
"La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo." Juan 14:27-28
Al primer obispo de Jerez, don Rafael Bellido Caro lo levantaron las hermandades y lo colocaron al frente de la diosesis, aclamándole como líder espiritual. Su personalidad y autoridad le hicieron llevar a delante la comunidad cristiana, protegiendo y uniendo a los más desfavorecidos e integrando a etnias marginadas, llevando su doctrina y la Sagrada Hostia incluso a las cárceles, porque allí donde hubiera un alma que salvar, allí estaba don Rafael Bellido.
La falta de vocación está acabando con el sacerdocio y las malas praxis, destruirán la Iglesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario