Arcos de la Frontera
Las
campanas de Santa María repicaban alegremente a las 7:00 de la mañana en un día
grande: El de la Patrona, la Virgen de las Nieves
Arcos
está colgado en lo alto de un paraíso desde donde se divisa toda la campiña, la
sierra, la vega del Guadalete…, colgados de un inmenso balcón, por lo que a
veces sus moradores se comportan como ángeles o ícaros, se olvidan que no
tienen alas para volar, muchos van hasta allí a encontrarse con Dios. La ciudad
alberga cantidad de iglesias y conventos, de estos últimos solo en las
Salesianas, San Juan de Dios, Mercedarias y en la Caridad quedan religiosas
dedicadas a prestar sus servicios y a la oración, de los demás solo queda el
esqueleto…, aparentemente.
Sí,
aparentemente nuestra ciudad se ha vuelto tan laica que no vemos los ángeles
que alberga:
Erase una vez un CONVENTO,
convertido en HOTEL y su prior, por la Gracia de Dios y tras haberlo peleado con
litigios incluidos: José Antonio Roldán Caro, al que veíamos todos los días
como un vecino más. Fue nuestro cartero, nuestro fotógrafo, trabajó para la prestigiosa agencia Europa Press, también en su
juventud fue uno de los fundadores locales del Partido Socialista Obrero
Español (PSOE), sin que por ello quedase etiquetado o marcado pues a nadie le
preguntaba por su ideología, hablaba con todo el mundo y después nos puso a más
de uno de comer en su restaurante y tampoco se le caían los anillos a la hora
de enseñarnos a reciclar, dando ejemplo, sin que por ello pudiéramos tacharlo
de loco aunque algunos lo creyeran, que estamos hablando del hostelero más laureado, del que más premios ha acumulado.
Retirado
de la política, ayudó a los que creía que hacían el bien por su pueblo…, os voy
a contar un secreto: El vino que os bebisteis cuando protegimos el Arroyo de
las Nieves para que no fuese sepultado por la especulación y corruptela
política del momento (1995), se lo dio José Antonio a mi hermano Jacinto y a
Manuel Ángel Ahumada (Poleao), para que lo pusiésemos a vuestra disposición y
disfrutáramos de aquella fiesta, lo hizo desinteresadamente pues en aquellos
momentos cualquiera que nos ayudase podría ser tachado de antipatriota y hoy
todos nos alegramos de poder conservar ese Arroyo: El Arroyo de las Nieves,
donde apareció nuestra Patrona, sí, que casualidad muchos hemos quedado marcados
por aquello, tu pusiste el vino de la victoria, por cierto que pusiste un vino
tinto muy bueno, no se me olvidará nunca, porque tus ánimos fueron mi aliento.
Con este hecho marcaste tu vida, no podías entrar en el cielo un día
cualquiera, ni de cualquier manera, que limpiando las impurezas que empañaban
los cristales de tú convento resbalaste y como un ícaro volaste por la Peña
poco después de un repique de campanas y Arcos entero se estremeció porque un
ángel cayó por su peña para entrar en el reino de los cielos.
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