La plaga no perdona ni los santuarios |
Primero las vacas se nos volvieron locas, después los cerdos se convirtieron en puercos y alguien dijo que apestaban..., luego los caballos, las aves... y hasta un escarabajo, el picúo rojo se comió las palmeras.
Actuación en la Barriada de la Paz (foto cedida por el gabinete de prensa del Excmo. Ayuntamiento de Arcos) |
Ahora otra plaga nos acecha, lleva años en Andalucía pero hasta ahora nuestra comarca se había salvado, ya está aquí, ha llegado la cochinilla del carmín, si no tomamos medidas urgentes acabará con los higos chumbos. Es peor que el picúo rojo, pero más fácil de combatir porque está en la superficie, no se mete dentro de la planta.
Las siete plagas de Egipto se repiten sin que nos demos cuenta, estamos apestados, la gente huye, no hay ni trabajo y todavía hay quien cree que estamos en el paraíso...
En Arcos el delegado de medio ambiente: Diego Carrera, con la colaboración de Protección Civil, ha dado ordenes para que fumiguen la plaga.
La barriada de la Paz es una de las zonas afectadas, donde el insecto la ha atacado sin siquiera respetar el nombre, sin una declaración de guerra, sorprendiendo a todos a unos metros de sus viviendas, burlándose de los hombres, de ahí que desesperadamente se esté interviniendo primero en esta zona.
La amenaza es grande, este insecto tiene varios frentes y también está atacando las paletonas de las Cuestas de Noriega, amenaza ya la Peña y el Santuario del Romeral. Ha cambiado la morfología de los antiguos vallados andaluces y ha teñido de blanco nuestros campos, pero si lo aplastamos, veremos que también su sangre es tan roja o más que la nuestra.
La barriada de la Paz es una de las zonas afectadas, donde el insecto la ha atacado sin siquiera respetar el nombre, sin una declaración de guerra, sorprendiendo a todos a unos metros de sus viviendas, burlándose de los hombres, de ahí que desesperadamente se esté interviniendo primero en esta zona.
La amenaza es grande, este insecto tiene varios frentes y también está atacando las paletonas de las Cuestas de Noriega, amenaza ya la Peña y el Santuario del Romeral. Ha cambiado la morfología de los antiguos vallados andaluces y ha teñido de blanco nuestros campos, pero si lo aplastamos, veremos que también su sangre es tan roja o más que la nuestra.
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