Yacimiento de Torrevieja - Villamartín |
Restos de pavimento |
Lo que iba a ser dotar a Villamartín de un espacio verde de interés paisajístico patrimonial en una zona del casco urbano donde estos equipamientos “son inexistentes,” según apuntaba el consistorio que regentaba José Luis Calvillo por aquel tiempo, así como la creación de un equipamiento de carácter didáctico y de un espacio escénico, enfatizando además el carácter de balcón-mirador de la parcela para conocer el entorno en el que se sitúa y bancos, veredas farolitas y demás mobiliario urbano, se ha quedado en un barbecho donde las ovejas balan y los perritos cagan sin control.
De esta manera, se podían haber puesto en valor los restos existentes y se hubiese permitido la creación de distintos ámbitos donde haber podido representarse las distintas etapas de la localidad.
Para su reconocimiento global, el proyecto que no llegó a realizarse, planteaba una serie de recorridos internos al parque que delimitaban las distintas zonas de representación. Además, también se proponía la recuperación del pavimento existente en el límite Sur, para servir de acceso al parque.
Por otra parte, otra de las ideas más interesantes era la creación de un espacio escénico que no sólo hubiera posibilitado la recreación de las distintas etapas de la historia, sino que también hubiese servido de lugar de representaciones teatrales.
El plazo de ejecución estimado para la actuación era de diez meses y el presupuesto total ascendía a alrededor de 290.000 euros.
Así las cosas. Ahora el parque de la historia presenta un estado de total abandono, donde nadie apuesta por recuperar un proyecto para el que ya había una dotación económica en su día de 25 millones de las antiguas pesetas, por muchoque pensemos en euros, y que nadie explicó que pasó con dicha dotación, o nadie le preguntó al Ayuntamiento de entonces por su destino, y ahora presentimos que mucho menos, porque al parecer estas cosas pasadas las cura el tiempo, y si no, al mismo me remito.
Vista aérea |
Nunca más encontraremos respaldo de ese calibre. Hasta la Universidad de Cádiz ha hecho desaparecer de su portal lo referente a esta triste historia, una historia de perder el tiempo y los recursos públicos, una historia que pasará a la misma por absurda, donde ha predominado el interés y otra vez la mala gestión de gente que se deberían estar dirigiendo a esas mismas ovejas que pastan a sus anchas en Torrevieja, por encima de iglesia tartésica-turdetana del siglo IV antes de Cristo, con gárgolas en forma de dragones verdes, y encima de ésta, protegiéndola, una calle del siglo XVI, plazas decoradas en piedras, Fuertes franceses soterrados que aportan muchos datos de nuestra localidad, de nuestro entorno, de nuestra historia.
Por otra parte decir que en VILLAMARTÍN, donde cambiamos el paso según convenga, muchas de las veces, enterrar lo descubierto es ponerlo en valor, ya que tenemos una facilidad increíble por romper, pintar y atentar contra nuestros monumentos de la manera más increíble, y tenemos las referencias del Dolmen de Alberite, entre otros, al estar tanto tiempo al descubierto, a merced del vandalismo urbano y periurbano, siendo ahora gestionado por una empresa local, con la consiguiente vigilancia y puesta en valor.
Gargolas con forma de dragón |
Ahora lo que nos encontramos es un escenario como el que se pueda vislumbrar en cualquier parte del mundo tras un bombardeo aéreo, donde se llevaron vallas, rompieron rejillas, perfiles de acero, con una caseta de información rota a pedradas, carteles tumbados y sepultados por la hierba, con una breve muestra de nuestra historia que ha querido mostrarse para nuestra vergüenza, y que muy pronto aparecerá con pintadas de “fulanito ama a fulanita” o cualquier manifestación que ya podrían hacerla en su puto Facebook, o en cualquier otra red social de esas que utilizamos para “dar por culo” con absurdos contenidos locales.
En Torrevieja Alta y Baja hubo presuntamente especulación, eso lo saben hasta los turdetanos; regalos, dadivas, mordidas, pero eso entra dentro de lo cotidiano, de ese momento, donde se hinchaba la burbuja inmobiliaria del momento, como las panzas y las cuentas de los presuntos, tiempos que nos llevó a estos en los que no tenemos ya ni una miserable azada para acabar con “tó lo que se menea.”
Ahora sólo nos queda el legado ruinoso (nunca mejor dicho) de lo que iba a ser EL PARQUE DE LA HISTORIA, que ya pasó a la misma, algo que no merece ni Torrevieja Alta y Baja, y mucho menos VILLAMARTÍN, mi pueblo, especialista en emprender cruzadas en redes sociales que nunca acaban llamando las cosas por su nombre o citando culpables.
Viviendas construidas que se encuentran deshabitadas y en concurso de acreedores, que se ejecutaron en su día con el mismo control que un borracho conduce una nave espacial... ¿en zig zag? No, en forma de TEL, sobre quien sabe qué. Ahí dejamos el testigo, la punta del hilo, y al que más le duela que tire de la manta.
Cuando piso por ese magistral barrio, ejemplo de todos los demás, con unos vecinos que siempre están a la altura de las circunstancias, y nos consta que hasta pusieron recursos para que este gran proyecto se llevase a cabo, me entra una rabia que sólo puedo calmar mirando hacia lsa montañas, (con las mejores vistas del pueblo) con ganas de tirar de ella para que nos brinde su magistral belleza, su pureza paisajística, que seguro que tirando y tirando, sale un organismo y alguna empresa de algún amigo, primo o cuñado de algún pez gordo, al que se le brinda la oportunidad de dar mordidas, mordidas a la roca, por muy dura que esté, pero eso es otra cuestión, otra historia que igual retomamos otro día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario