Eduardo Arboleda |
PÍA
Eduardo Arboleda saca su último libro tras cuatro años de estudios antropológicos sobre nuestra sociedad. Ha estado conviviendo con nosotros como un arcense más y se ha infiltrado en los sitios que menos pensábamos, confraternizando con los paisanos y haciendo amistades. Durante este periodo ha conocido a las gentes más extrañas y extravagantes de nuestra ciudad, sin olvidarse de los que formamos parte del núcleo cultural, ni de las personas normales.
Él mismo nos cuenta como es su libro.
Eduardo Arboleda: “- El libro Bajo la Peña es una trilogía, es el primer libro de la estancia mía en la sierra gaditana, más concretamente Arcos y los pueblos de alrededor.
La segunda parte que saldrá a finales de mayo es de otra zona de la provincia y aunque sea una trilogía no quiere decir que están unidos y se llamará: La orilla del Talismán; la tercera parte es de Jerez. Esto responde a mi estancia y estudio en Arcos.
¿Por qué Arcos? Porque es el pueblo más importante de la sierra históricamente y el que quiera entrar en ella tiene que entrar por Arcos, el que quiera conocer la comarca tiene que conocer Arcos, por eso he estado estudiándolo, que la campaña de trabajo era de cinco años pero se ha quedado reducida a cuatro.
Lo que más me ha atraído para mí es la joya que es el círculo que existe a la entrada de la iglesia de Santa María. Es el único círculo que existe en toda España, independientemente que le llamemos mágico, sufí… La realidad es que es un círculo muy curioso, es algo diferenciado de cualquier parte y me atrevería a decir de Europa. Tiene un valor con unas dimensiones extraordinarias.
Ese círculo a la primera persona que le llamó la atención o que lo sacó a la luz fue a Manuel Pérez Regordán y gracias a él tomé contacto con Arcos. He seguido buscando conocimientos y las medidas que hay dan mucha información, hay que entender la magia depende de cómo la entienda cada uno, que la magia no es una chistera con un conejo dentro…, es lo que más me ha atraído de la sierra.
Luego está el nivel de alta espiritualidad que tiene la población de arcense. La espiritualidad se transmite en tolerancia que comparado con otros pueblos se nota y se puede ver en las manifestaciones religiosas o espirituales y paralelamente se puede estudiar en la gastronomía, por ejemplo en la comida que se llama masculina y en la que se llama femenina: la carne es masculina…, una tortilla de papas es femenina. Ésto es lo que más ha llamado la atención en las universidades de otros países, es la manera de entender la gastronomía dividida por géneros.
Lo que más me gusta de la gastronomía es quien la prepara, hay unas comidas que las preparan los hombres y otras que las hacen las mujeres. Normalmente las comidas de campo, de trabajo, las hacen los hombres y responden a un tipo de comida; las comidas ordinarias de la casa las hacen las mujeres y responden a ese tipo de comidas. Por ejemplo en una comida en el campo se ponía la cacerola y se comía con la cuchara, paso a delante y paso atrás: es una comida masculina, el hombre de por aquí cocina muy bien, lo que pasa es que después en el hogar es la mujer.
Las comidas de Arcos no las encasillo en una comida mediterránea, hay una diferencia, las comidas arcenses son comidas de la sierra y entonces tienen mucho de campo, son comidas tremendamente económicas no son de lujo de nada, lo que pasa es que con el tiempo se ha incluido el pescado y cosas finas… Otra cosa importante en esta zona son los vinos, que siempre están presentes.
Los personajes:
No existen las casualidades, conocí a un personaje que según él era “El Judío Errante…” Yo esto no lo puedo saber, lo encuentro en un sitio al que suelo asistir, que aunque a las bibliotecas voy para consultar obras ya escritas, donde realmente le tomo el pulso a una población es en los bares y a éste Judío Errante lo conocí en El Mayorazgo, en la taberna de ansíanos, durante tres días, un personaje como hay muchos en Arcos.
Personaje no es aquel que sabe mucho, sino aquel que se diferencia de otros. Hay unos personajes sociales que pueden levantar burlas o que pueden llegar a sentirse menospreciados pero para mí tienen una manera de sentir diferente. Un personaje muy curioso de aquí se llama Mariano y en su mundo, como es del pueblo todo el mundo lo conoce y lo pueden ver de otra manera, pero a los que venimos de afuera no se nos pasa desapercibido, porque es lo que se llama un espíritu atormentado por sus circunstancias, pero es alguien que llama la atención.
Normalmente me aparto de los que se llaman los culturetas, aunque los conozco, los pintores, los poetas…, pero yo voy a un personaje como ese. Hay otro que canta a capela por Julio Iglesias, en el Barrio Bajo, donde hay un montón de personajes.
Igual que existen personajes físicos, existen pueblos personajes y para mí el pueblo personaje es Puerto Serrano que es un pueblo extraordinariamente llamativo, sus gentes son muy especiales, lo que pasa es que las noticias que salen de los pueblos es la parte más estrambótica, como puede ser la violencia, pero que va…, ese pueblo tiene mucha historia, es un pueblo que ni la mitad de la historia de su pasado se conoce, es el único pueblo con una referencia a María Magdalena reconocida y sus raíces con los templarios, pero con yacimientos arqueológicos muy extraordinarios… Su gastronomía y el modo de ser de la gente llana, a mi me gustan las personas que son entre comillas “duras”, en el sentido de que suelen ser simpáticos pero no blanduchos, los blanduchos no me gustan, no me llaman la atención y en la sierra existen dos pueblos muy llamativos que son Puerto Serrano y Algodonales, pero por circunstancias más Puerto Serrano, del que destaco su gastronomía y romería, donde se pueden ver muchas amazonas y la relación de la gente joven con el caballo.
El caballo en Puerto Serrano se vive de otra manera diferente, no son los señoritos los que van a lucirse, es el pueblo que tiene una gran afición, tanto que hay varios caballos albinos que no son muy normales y la mujer tiene participación con el caballo, no va de florero, es ella la que va llevando al caballo. En otras partes va de florero, detrás para lucirse el jinete.
El valor más importante de la sierra es su gente, que es especial, llana y de fácil acceso, es la joya más importante, la gente de Arcos es diferente a la de cualquier otro lado, tiene una educación por su nivel espiritual que lo hace abierto, independientemente de que posea títulos universitarios o educación, es un pueblo tranquilo, no es violento, en los cuatro años que he estado aquí no he visto ni una pelea."
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