domingo, 30 de septiembre de 2012

Las campanas de Santa María doblan por su CAMPANERO

José María Pérez Gómez
Arcos de la Frontera


Manolo Barrios Pérez
                ¡Silencio…! Las campanas de Santa María están doblando

-          ¿ Quién se ha muerto?

-          Manolo: el CAMPANERO

-          ¿ Quién las toca?

-          Él las está tocando

Somos tus amigos, perdónanos nuestra osadía y guíanos para que las campanas hoy suenen como si las tocases tú, un entierro de primera, como Dios manda...

 Domingo Olivera quería hacerlas sonar desde que conoció tu partida, pero no quiso meter la pata… ya sabes que ahora hay “burocracia” esa de la que por ingenuos carecíamos en los tiempos de Don Juan.

Hoy contigo se marcha una dinastía, eres el último maestro CAMPANERO de tu familia, más de doscientos, casi trescientos años de repiques, funerales y demás fiestas de guardar… Habéis hecho HISTORIA, pues habéis participado en todos los actos oficiales dignos de ser recordados y contados a las siguientes generaciones. Tu tatarabuelo tocó las campanas de alerta cuando entraron los franceses, tu madre grabó un disco… y tú junto a tu mujer me abriste las puertas de tu casa cuando era niño y en mi madurez, hace unos años, me contabas las penas para que os aconsejara cuando os querían echar de vuestra casa, cuando os pusieron incluso una cámara espiándoos en vuestra intimidad... No lo consiguieron, apoyos nunca os han faltado y ahora las Campanas suenan con JUSTICIA porque te lo mereces, os lo merecéis.

 Lo que son las cosas, aquí hoy estamos de luto, mientras que en el cielo hoy están de fiesta…, dales recuerdos a Concha, a mi Padre, a Don Juan y a todos nuestros amigos, brindad por nosotros y no nos olvidéis.

¡Espera un poco Caronte…! No tengas prisas por llevártelo en tu barca, deja que hoy nos de su último concierto en su Campanario, el de Santa María: orgullo de todos los arcenses por ser después de la Giralda el más grande de Andalucía, con sus doce campanas, y el último de los grandes campanarios que se toca manualmente.


Domingo Olivera
Tener esta familia viviendo en el Campanario ha sido un privilegio, pues además de tocar estos instrumentos, daban cuerda al reloj, mantenían limpios los techos y cuidaban del templo pues además era su casa y hoy muy pocos son los que pueden decir que viven en la casa del Señor, que en el caso de Manolo así era.

No sé, por qué Manolo me apreciaba tanto, lo supe cuando en 2008 el que tenía un pase para la barca de Caronte era yo, que al final San Pedro fue el que me echó para abajo… Él se ofreció en el Hospital a quedarse conmigo, no pudo ser pues en los 25 días que estuve no me faltaron familiares, pero el gesto es el gesto y sé que se hubiera quedado.

Manolo, descansa en PAZ y dale un fuerte abrazo a tu Madre, gracias por todo.
 





Domingo Olivera nos da instrucciones, vamos amarrando las campanas y tomando posiciones, el cortejo se acerca, suena un clamor ¡POOMMMM…!, el silencio es bestial, ensordecedor, la Campana Gorda retumba junto a sus hermanas con rabia…, Domingo ha tirado con toda su fuerza de las tres cuerdas que arrastran los badajos de las tres campanas mayores: Santa Bárbara, Santa María…, con nombres propios de santas, a continuación nos ordena tocar las esquirlas, todo el campanario saluda al cortejo, pero no hay repique, es un canto lastimero y cada vez que Domingo tira de los badajos de más de cien kilos, se le saltan irremediablemente las lágrimas en honor a su maestro: Manolo.

¡POOOOMMMMMMMM…! Las campanas se quedan vibrando: OOMM…., hasta ser interrumpidas por el próximo golpe. Este OM… inmenso, en las culturas orientales equivale a uno de los nombres de Dios…, para los Budistas…, los Hare Krishna e incluso para los japoneses que también hacen sonar un gong. Como os iba diciendo, cuando suenan estas campanas y su vibración nos llega a los de abajo, los que las estamos tocando, sentimos como la onda expansiva nos atraviesa con este OM, que se hace solemne, es verdad que sentimos una fuerza extraña, la piel se nos eriza… Manolo no hablaba mucho pero cuando cogía confianza solía contar historias extraordinarias, unas se las ha llevado a la tumba, pero otras… se las transmitió a su alumno, a Domingo Olivera. Ambos afirman que en este campanario hay fantasmas y yo los creo.

Ahora pesa la incertidumbre de la continuidad, si estas campanas enmudecerán para siempre, si seguirán tocando, si manualmente o perdiendo sus almas tocadas por un simple interruptor que las haga cantar de forma electrónica. En tal caso si esto último llegase a producirse habríamos perdido algo más que eso, las campanas no deben sonar sin alma, porque es un sacrilegio llamar a Dios con un simple botón, porque no se puede servir a dos señores: A Dios y al Diablo, en forma de capital o dinero, porque uno es completamente lo contrario del otro y se crea o no, esto es PATRIMONIO de TODOS culturalmente hablando…

 Las Campanas de Santa María aun están vivas, no son ningún fantasma, aunque hoy por hoy pueden estar en peligro. A veces cuando alguien me pregunta a qué me dedico, suelo decir en broma que soy cazador de dragones en paro, he aquí mi dragón: Las campanas han rugido hoy con una fuerza descomunal, hacía tiempo que no se escuchaba este toque. El Poeta Diego Jiménez de Ayllón, primer poeta en lengua castellana de la provincia de Cádiz hizo un poema y nos contaba en verso como lucharon en nuestra ciudad dos caballeros, uno cristiano y otro moro contra un dragón, el moro fue muerto por las garras de la bestia, pero el cristiano le dio muerte a los pies de nuestra peña y el rugido se escuchó y estremeció a toda Andalucía, como hoy… Las campanas han rugido como aquel dragón, llorando por su campanero y enmudeciendo después. Ahora se que nunca he sido cazador de dragones ¿ Lo que hubiera dado por verlos y escucharlos?

Dolores Rodríguez, su viuda se ha puesto en contacto con nosotros para a través de estas páginas agradecer al párroco Domingo Gil la omilía y a todos los que subimos a la torre a tocar las campanas con sus nietos.

1 comentario:

  1. Somos su hija, su yerno y sus nietas, queremos daros las gracias por todo lo que habéis hecho por mi abuelo. Hemos estado llamando a José María para agradecerte pero nos salta el contestador. Un saludo y muchas gracias por todo.

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