Capilla de la Misericordia |
Domingo González |
Domingo González: “- Hoy seguimos con una persona
distinguida y reconocida por parte de todos nosotros y todos los arcenses: Don
Manuel Pérez Regordán, en este caso pues… después de la fantástica ponencia por
parte de Don Andrés Luis Cañadas, que tuvo lugar ayer, hoy tenemos con nosotros,
a la que le agradezco personalmente, a Josefa Caro y en su presentación también
a Pedro Sevilla, al que también quiero agradecer personalmente esa colaboración
desinteresada que viene haciendo con la Delegación de Cultura y que por
supuesto también gracias a él, este noviembre literario sigue vivo y sigue
presente dentro de esta delegación."
Pedro Sevilla |
Pedro Sevilla:
“- Si yo supiera expresarme sin
leer, si no tuviera la dificultad que tengo para hablar en público, en un
Pueblo de tan buenos oradores como por ejemplo: Los Hermanos de las Cuevas o
Antonio Murciano, no tendría necesidad de haber escrito estas palabras para
presentar a la conferenciante de esta noche, a la escritora, historiadora y
poeta Pepa Caro y no tendría necesidad de haberla escrito porque no hace falta
papel para presentar a una hermana. Son tantas las vivencias comunes… los
afanes compartidos, los proyectos iniciados, mano con mano que cuando hablo de
Pepa me parece que estoy hablando de mí mismo, de nuestra juventud común y de
nuestra pasión inalterable por la poesía. ¡Ah…! Y también de nuestro amor a
nuestro Pueblo, a éste Pueblo nuestro en el que libremente hemos decidido vivir
y trabajar.
Pepa Caro, ya lo saben ustedes porque aquí estamos en familia, es
licenciada en Historia y entre otras responsabilidades institucionales ha sido
Delegada de Cultura de la Junta de Andalucía y alcaldesa de Nuestra Ciudad
durante ocho años.
En el ámbito
estrictamente literario ha colaborado en prensa y en revistas y ha publicado
entre otros los libros de poesía: CON TODO EL INVIERNO DENTRO y LAS CALLES DE
LA LLUVIA,- éste último un encendido y razonado canto a nuestro Pueblo, a sus
hombres y mujeres y a un tiempo sin tiempo donde transcurrió su infancia.
Pepa Caro es todo
esto que he dicho y es además una entusiasta activista cultural, una “Beatriz
Pacheco” de nuestros días, no olvidemos que fue una de las impulsoras de esta
entusiasta asociación de mujeres pachequistas de Arcos y una mujer que siempre
dice sí a su Pueblo, como dijo que sí sin dudarlo para impartir esta
conferencia sobre la figura de nuestro recordado Manuel Pérez Regordán.
Pepa es todo eso
como digo, pero para mí es como una hermana, por eso cuando nos vemos siempre
hacemos lo mismo, lo que hacen los hermanos, preguntarse por los hijos, que si
el mayor lo tengo en Londres, que si mi Ángela tiene ya tres niños…, en fin las
cosas de familia…
Pepa Caro viene a
hablar de Manuel Pérez Regordán, nuestro querido y recordado Pérez Regordán.
Hace muy bien nuestro ayuntamiento y lo felicito por ello, en homenajear a los
escritores locales fallecidos. Anoche asistimos a una entrañable conferencia
sobre los Hermanos de las Cuevas y hoy le toca el turno a un discípulo suyo, a
nuestro Pérez Regordán que llevo a gala su mejor título, el de Cronista Oficial
de la Ciudad. De él va a hablarnos Pepa, pero yo también quiero hacerle mí
pequeño y breve comentario:
Pérez Regordán
fue nuestro Azorín local, el escritor que sabía que lo que hay que escribir hay
que escribirlo muy temprano, para irse luego al Casino o a los Murales, en la
Plaza Boticas para ver pasar la vida. Pérez Regordán había hecho ya sus dos o
tres folios a las diez de la mañana y a esa hora si nos veía nos hacia pararnos
en seco para contarnos sus últimos hallazgos, su última investigación o su
último chiste.
Hubo un torero
que se acostó con una gran actriz y nada más terminar la faena empezó a
vestirse rápido para salir de la habitación, la actriz desde la cama le dijo
que adónde iba tan ligero, a lo que el torero le contestó que adónde iba a ir…,
al casino a contarlo. Porque lo bueno no había sido llevarse a la cama a una
actriz deseada por medio mundo, sino poder contarlo a los amigos con pelos y
señales, nunca mejor dicho… Pues lo mismo le pasaba a Pérez Regordán, descubría
un dato, una anécdota o un pergamino del siglo XVII y sí, disfrutaba pero
cuando disfrutaba de verdad es cuando te agarraba en la Plaza del Cabildo o en
la Calle Maldonado y te lo contaba con su sonrisa de niño testarudo. De él, de
éste hombre que nos dejó tan temprano, que se ha ido haciendo cada vez más
presente desde su ausencia viene a hablarnos Pepa Caro y con ella, con sus
palabras les dejo, muchas gracias."
Pepa Caro |
La historia es también una efusiva
reconstrucción de cada momento histórico y se hace lo más honestamente que se
puede, para brindarla al lector o al estudioso a la ciudadanía en suma, de
forma que además del conocimiento en sí, del pasado, se puede comprender y conocer
esa memoria de nuestra historia, para mantener abierto el futuro.
Decía Martín Buguer
que todos somos miembros de una comunidad del recuerdo y tan es así que
necesitamos evocarla y profundizar en ella. Hago esta introducción porque voy a
hablaros de Manuel Pérez Regordán, un arcense que se merece el aplauso de su
pueblo, por la contribución innegable que hizo a la historia de Arcos, muchas
veces llevado por su intuición, pero siempre con la férrea voluntad de
descubrir y comprender nuestro pasado para difundirlo.
Decía María Zambrano que los españoles tienen historia
a pesar suyo y es verdad que en general, la historia no ha merecido la
importancia que tiene entre nosotros y no digamos la arqueología, algo así como
un tabú que más que proteger hay que expoliar, una asignatura pendiente también
en la investigación de Arcos.
Cuándo nuestra
historia local no tenía valor para la mayoría, bien por ignorancia forzosa,
llámese analfabetismo, tan acuciante entonces, o desinterés de la élite relativamente
cultivada,- os hablo de finales del siglo XIX, - un notario de nombre Miguel Mancheño y Olivares, se interesó por
la documentación existente en los archivos notariales y del ayuntamiento y escribió: “APUNTES PARA
UNA HISTORIA DE ARCOS.” Él puso la semilla de la curiosidad entre nosotros,
como también lo hicieron los Hermanos de las Cuevas más tarde.
Pero
la primera mitad del siglo XX no aportó mucho más a lo investigado por
Mancheño, los pocos eruditos locales imitaban un estilo decimonónico, se
perdían en juegos florales sobre la belleza de Arcos, la tan traída y llevada
belleza de Arcos, para no aportar nada a la historiografía arcense, salvando
vuelvo a repetir, la labor investigadora ampliamente reconocida de los Hermanos
Cuevas.
En este escenario conformista y poco
trasgresor…, un niño que estudia en el Colegio de las Nieves, juega en la Plaza
del Cabildo, sueña imposibles quimeras y presta atención a las antiguas
leyendas locales, dará que hablar, este niño crece en un escenario propicio
para cultivar la historia, aunque estudia, porque por entonces no tiene mucho
donde elegir, perito mercantil en la Escuela de Comercio de Jerez. Pero se bebe
los libros y atiende con sumo interés a lo que otros ya dijeron y escribieron,
un poco acartonado por lo que hereda del siglo anterior, tiene sus balbuceos
primeros a imagen y semejanza de quienes le precedieron e insisto con mucha más
intuición que técnica al principio, escribe de Arcos y para Arcos, tiene osadía,
frescura, una prosa fácil y desenvuelta, dice de él Jesús de las Cuevas, ese
elegante escrutador del presente y pasado de Arcos, tiene osadía y se lanza a poner
en pie una guía turística de Arcos, quizás la primera guía turística, que no
sólo dice esta fachada es fabulosa, esplendida y monumental, sino que ahonda en
la metodología del arte para aportarnos datos más intensos de cuantos nos
depara la compleja trama urbanística y los edificios más señeros del pueblo,
esa guía fue declarada de Interés Turístico Nacional en 1970.
Manuel Pérez Regordán no se conforma y
prosigue su camino, alterna su profesión, trabaja en distintos institutos de
formación profesional, dando clases de prácticas administrativas y comercio o
en su labor investigadora. Ningún archivo se le resiste ambiciona el saber,
sobre todo tiene una vertiente pedagógica hasta entonces desconocida en esta
materia, se lanza a una labor divulgadora de la historia dando conferencias en
colegios, institutos, salones culturales y publica unos ejemplares que llama: “LAS
CALLES DE ARCOS,” para descubrirnos un pasado común que es nuestra herencia y
debemos conocer.
Publica artículos periodísticos
infatigablemente a lo largo de toda su vida, pero no renuncia nunca a la
investigación, así ve la luz “EL MÁQUIS EN LA PROVINCIA DE CÁDIZ,” “MONOGRAFÍAS
ACERCA DE DIFERENTES COFRADÍAS DE ARCOS,” “EL BANDOLERÍSMO ANDALUZ,” o sus “HISTORIAS
Y LEYENDAS DE ARCOS”
La gran novedad respecto a los que le
antecedieron es que Manuel Pérez Regordán consigue despertar la curiosidad del
arcense sobre su propio pasado, algo que ahora se llama en la metodología educativa:
Estudio del Entorno y que ya Pérez Regordán anticipándose ponía en práctica con
la HISTORIA LOCAL.
White Heat decía que con frecuencia los
humanos haríamos cualquier cosa por dejar de pensar y efectivamente así lo
atestigua esta sociedad nuestra de consumo y de ocio trivial, donde no cabe
casi nunca los abismos de la historia, por eso pongo en valor esa osadía de
Manuel Pérez Regordán de ir a la montaña si esta no se mueve, es decir, de ir
al encuentro del lector desinteresado para provocarle curiosidad hacia la historia.
Manuel Pérez Regordán aunque murió joven a
escrito mucho y ha conocido mucho. Entre sus libros más volcados hacia las
rutas e itinerarios turísticos podemos destacar: “DE JEREZ A RONDA POR LA
SERRANÍA GADITANA” y diversas guías turísticas de Arcos que iban guiando con la
documentación última que investigaba.
Estudioso de los templos más identificativos
de Arcos: Santa María y San Pedro, brujuleaba de maravilla por este mar de
historia, por este pajareo de leyendas, vuelvo a citar palabras de nuestro
querido paisano Jesús de las Cuevas:
“…Y apenas ningún
secreto se escondía para él.”
Pero si tengo que elegir entre sus obras, si
tengo que destacar lo que le diferencia de otros historiadores arcenses, debo
decir que Arcos le debe el descubrimiento y estudio de la VIDA Y POÉSIA DE
XIMÉNEZ DE AYLLÓN, que es una novedosa aportación a lo que llamamos huecos y
fragmentos en los vacios de la HISTORIA, que deben salir a la luz y que salen
gracias a intrépidos, curiosos y a amantes de nuestro pasado que indagan, ávidos
de conocimientos donde otros no llegan.
Y también debo destacar su pormenorizado
estudio de ANDRÉS BENÍTEZ, ese jerezano que lo cautivó mirando embelesado el
retablo de la Virgen del Rosario, en Santa María y que no cejó hasta descubrir
su autoría, como la de otros muchos retablos que fue siguiendo con el olfato
detectivesco de quien no se para en los obstáculos hasta conseguir su propósito.
Su empeño por difundir, informar, aclarar, no
siempre bien visto ni comprendido, le llevó a ostentar dos veces el premio
nacional de artículos periodísticos y en el año 2000 le hizo merecedor del
título de CRONISTA OFICIAL DE ARCOS.
Ha sido académico de San Dionisio de Jerez,
de la Real Hispanoamericana de Cádiz, de la Real Asociación de Caballeros de
Nuestra Señora de Guadalupe, un lugar, Guadalupe de agradables recuerdos para
él y para su esposa, Caballero de la Orden Hospitalaria de San Juan Bautista,
Diplomado en Protocolo y miembro de la Real Asociación Española de Cronistas
Locales, entre otros reconocimientos que creo merecen destacarse.
Hace pocos años que nos dejó, lo despedimos
con los honores que merecía en esta Capilla de la Misericordia de la que tantas
cosas sabía, y entonces pensé que su trayectoria no ha sido fácil, ni
tranquila, ni siempre comprendida, pero Manuel Pérez Regordán tenía algo que le
impedía desfallecer y que no era otra cosa que colocar por encima de
habladurías y prejuicios su tarea apasionada de investigador, su amor irracional,
extraño por inabarcable hacia Arcos, ese amor que muchos arcenses sentimos por
este pueblo tan viejo y sin embargo tan seductor.
Nunca fue rencoroso con quienes le hicieron
daño porque era generoso y necesitaba sentir cercanos los afectos, se fue, se
nos fue investigando, abriendo su biblioteca a cuantos quisieran encontrar
respuestas en la historia y hoy debemos no sólo avivar el recuerdo por parte de
quienes le conocimos, debemos difundir su obra, porque conocer es respetar,
conocer significa ganar la partida al olvido, nadie que no conozca puede amar
tanto, por eso nuestra obligación es hacer atractiva la memoria de lo que
fuimos, para darle el valor que tiene y para transmitir el respeto de cada
piedra que pisamos, de cada siglo amontonado en el esqueleto urbanístico de
nuestra HISTORIA.
Antonio Murciano lo destacó entre los LÍDERES
GADITANOS Y ANDALUCES DEL SIGLO XX, en esa recopilación o galería de personajes
ilustres que han aportado a la ciencia, la literatura o la historia y que han
dejado un legado necesario para comprender los avances culturales de ese siglo
que se nos fue.
Su ámbito de paseo, de ocio, fue el Casco
Antiguo, la gran casa que lo acogía, mientras entre libros y libros iba
imaginando actividades que podían imprimir dinamismo turístico al barrio,
JORNADAS DE LA MOLINERA Y EL CORREGIDOR, CENAS MEDIEVALES EN EL COLEGIO DE LAS
NIEVES, con figurantes que eran vecinos dispuestos a representar escenas
históricas…
Su
preocupación por dar información de las casas que se convertían en establecimientos
del ramo de la hostelería como ocurrió con el Parador Nacional de Turismo o el
Mesón Don Fernando por citar dos ejemplos.
El primer homenaje que se le dedicó en Arcos,
poco tiempo después de su fallecimiento contó con el recuerdo emotivo de Jesús
Ruiz Fernández, ex - alcalde y ex - presidente
de la Diputación Provincial, profesor de Historia y amante del patrimonio
arcense al que se sumaron Antonio Murciano González, escritor, poeta e hijo
predilecto de la ciudad, Francisco Fernández García Figueras, presidente de la
Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras de Jerez y de José
María García León, historiador y ex -presidente del Ateneo. Ellos nos
ilustraron con sus recuerdos, anécdotas y conocimientos sobre la obra de Manuel
Pérez Regordán y contribuyeron con sus palabras a dar a conocer la persona y la
obra a todos los arcenses que se acercaron a la Capilla de la Misericordia, esa
es hoy por hoy nuestra obligación, ser justo con quienes dedicaron su vida al
estudio histórico de Arcos, ser agradecidos con un legado que está al servicio
de los investigadores y darles continuidad a su herencia para que perdure así
pasen siglos.
A veces me parece que al doblar una esquina o
al entrar en algún mesón de este casco antiguo voy a volver a encontrarme al
vecino afectuoso que paseaba como un paisano más, siempre con algún libro o
algún escrito en la mano preguntándome:
“- ¿Sabes lo
último que estoy investigando?”
Yo creo que debe tener revolucionado el cielo
y debe estar investigando también allí los asuntos celestiales como si
estuviese en su casa.
En su memoria reivindico la labor
investigadora, tan necesaria como fértil de la que hoy disfrutamos, quiero
destacar ese INVENTARIO CON ESTUDIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA IGLESIA DE SANTA
MARÍA DE LA ASUNCIÓN que en 1980 realizaba junto a Víctor Marín Solano y el
entonces párroco Juan Candil Ríos, con prologo de Jesús de las Cuevas que
merecería una nueva revisión y publicación, pues entonces se publicó de manera
artesanal, con más pasión que medios económicos y es un estudio fundamental hoy
en día para conocer a fondo nuestro Gran Templo que lleva el título desde hace
siglos de Iglesia Mayor, más Antigua y Principal de Arcos.
Y cómo olvidar su EXPEDIENTE INVENTARIO para
la declaración de Monumento Artístico de la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol
que realizó en 1985 a instancia del Ayuntamiento Pleno por el que fue nombrado
juez instructor del expediente siendo Delegado de Cultura José Enrique Lázaro
Delgado. Hay que tener en cuenta y quizás debemos tenerlo como una asignatura
pendiente que en 1931 se declaró Monumento Histórico Artístico a la Iglesia
Parroquial de Santa María, que en 1962, la Ciudad de Arcos se declaró también
Monumento Histórico Artístico y que en los años noventa, cuando ostenté el
cargo de Delegada Provincial de Cultura promovimos este expediente para San
Pedro que aun no se ha resuelto, pero que debemos seguir demandando para que
San Pedro también sea declarado Monumento Histórico Artístico como merece.
Como podéis comprobar mucho debemos a Manuel
Pérez Regordán en su empeño investigador y en su amor a Arcos. Ojalá esto
encuentros con la memoria de nuestros paisanos más ilustres, nos ayuden a
reflexionar sobre la importancia de nuestra HISTORIA y sobre el deber que
tenemos todos de legarla a generaciones venideras.
En sus últimos trabajos inacabados, Manuel
Pérez Regordán estaba trabajando en nuevos capítulos para HISTORIAS Y LEYENDAS
DE ARCOS y quiero leeros la justificación que hace su autor que me parece
entrañable y dice así:
“- El afán de
transmitir a mis hijos, el cariño que profeso a Arcos, motivó hace algunos años
que fuese recordando poco a poco las distintas leyendas, anécdotas y hasta cuentos que los arcenses y el tiempo
han venido reuniendo a través de los siglos para contárselas a los pies de sus
camas en las noches de invierno. El interés que en mis hijos despertaron estas
historias y tradiciones de nuestros abuelos motivó el que yo considerase poner
a disposición de muchos padres este rico tesoro que en confusa amalgama ofrezco,
sin distinguir en ningún momento cual capitulo sea historia, cual leyenda, cual
anécdota, para dejar al libre pensamiento del narrador la fuerza de su fantasía
según el público oyente de que pueda disponer.
Puedo asegurar a
todos que el embrujo de nuestras leyendas son siempre bien acogidas por el beneplácito
de los niños. Como yo lo hice con mis hijos, espero que a muchos padres sirva
este trabajo para prolongar el sueño de los suyos, futuros hombres de Arcos que
habrán de seguir la andadura hidalga y firme de nuestra HISTORIA.”
Manuel Pérez Regordán |
El escritor arcense mantuvo en
los años noventa un famoso pleito contra el Ayuntamiento Arcense por el plagio
de la GUÍA TURISTICA DE ARCOS, en la época de Juan Manuel Armario que duró
catorce años y que se decantó a favor del cronista con un gran montante y gran
revuelo en la Ciudad. Fue precisamente en la época de Pepa y tras exponerle su amigo Jesús Ruiz a Pérez
Regordán, el estado de las arcas municipales, llegaron a un
acuerdo, perdonándose más de la mitad de la deuda, por lo que Pepa siempre se
volcó con el escritor.
También Pérez Regordán promovió
el intento de apertura del castillo, antiguo alcázar de los reyes taifas de
Arcos y que tanto daño le está haciendo al sector turístico de la ciudad que
permanezca cerrado, cuando es un Monumento Histórico Artístico que además ha
utilizado alguna que otra vez subvenciones públicas para sus reparaciones.
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