lunes, 20 de abril de 2015

La 27 promoción de Enfermeros Militares1981 en Granada


Salvador Hueso Sañudo

Don Salvador Hueso, junto a sus compañeros de promoción
Durante el pasado fin de semana miembros de la 27 promoción 1981 de Enfermeros Militares, (integrados desde 1989 en el Cuerpo Militar de Sanidad de los Cuerpos Comunes de las FAS), se dieron cita en la Ciudad de la Alambra. Actuaron como organizadores del evento el miembro de dicho Cuerpo, destinado en la Plaza, Antonio Artacho González y su mujer María de la Paz. Una costumbre del colectivo que, desde hace años, vienen promoviendo los integrantes de dicha promoción en un afán de reunirse durante un fin de semana para no perder el contacto físico, ya que la mayoría de ellos están desperdigados a lo largo y ancho del territorio español, amén de formando parte de las frecuentes salidas de los contingentes militares en misiones de paz y ayuda incluso de países en guerra. 

Este año, por primera vez, pese a estar uno retirado por razones de edad, me desplacé hasta Granada el pasado sábado 18 para asistir a la comida de hermandad que tuvo lugar en un céntrico restaurante de la capital, “Las Tinajas”, donde me incorporé al resto de los convocados en compañía del conocido arcense José María Pérez Gómez que tuvo la gentileza de acompañarme a tan sencillo como emotivo acto, pues hube de enfrentarme a unos quince compañeros a los que no había vuelto a ver desde 1981. Son muchos treinta y tres años, amable lector, sin ver a unas personas con las que compartí mesa y mantel durante unos siete meses y reencontrarte con ellas de golpe, de manera que sólo reconocí de inmediato a un 20% del grupo, entre ellos al bueno de Ángel Martil Saldaña, que por cierto sería designado para 2016, junto con su mujer Lourdes, para organizar Valladolid 16 y al que prometí estar a su lado si el de Arriba no disponía lo contrario, porque a personas como él, créalo usted, no se les puede decir que no.

José María Pérez Gómez: "- Desde PÍA quiero dar las gracias al Capitán de Sanidad: Don Salvador Hueso Sañudo por su confianza, habiéndome invitado a tan singular evento. Sus compañeros le tenían preparada una encerrona, ya que dicho acto era un homenaje a su compañero de mayor edad..., él mismo.

Llegamos allí antes que ninguno y nos dimos un paseíto por las calles de Granada. Cuando llegó el momento no sabía si reconocería a alguno porque no se veían todos desde 1981 o si lo reconocerían a él... El caso fue que cuando se rompió el hielo me presentó como a uno de sus amigos y todos me acogieron como uno más. Estaba rodeado de comandantes y otros altos cargos de la plana mayor del ejercito, unos en el retiro y otros aún en activo, como yo no iba a ser menos me presenté como cazador de dragones y entre sonrisas, más una foto de mi perro rastreándolos creo que coló.

En dicho acto pude comprobar el carisma y gran estima en la que tienen a nuestro amigo y paisano Salvador, del que pocos conocen su trayectoria y humanidad. Durante el camino me contó su historia de la que sólo os puedo decir que es interesantísima y nunca presume de ello.

De familia humilde llegó a la academia en Madrid para hacerse policía, donde llegó a pasar hasta hambre y aunque fue de los grises, su vida tiene más puntos de color que de gris, pocos saben que ha sido capitán y que bajo su mando sus hombres tenían que comportarse en unos tiempos muy difíciles, en los que a él, por su uniforme muchos no le hemos comprendido, que aunque ha querido colaborar con su pensamiento a mejorar nuestro país, le estaba vetada su entrada en política y que cuando ya jubilado ha podido, se siente deseccionado, porque es un hombre de convicciones profundas y recto. También pudimos hablar de espiritualidad y de otras cosas, llegando a la conclusión de que aunque con nuestras diferencias en edad, pensamiento e historial, tenemos más puntos de lo que creíamos en los que coincidimos que los que nos separan."



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