Antonio Ortiz
Concejal y Portavoz del grupo municipal Ven-T en Arcos
El grado de miseria moral no tiene límite ni frontera en
Arcos
Lo que he venido sosteniendo en el pasado y sostengo ahora,
no es una crítica a los profesionales funcionarios del Ayuntamiento de Arcos de
la Frontera. Y cuando digo profesionales, me refiero a todos aquellos que han
entrado en él a través de oposiciones o pruebas limpias y transparentes–, que
engloban sin duda a los mejores trabajadores, sino a los otros, a los que
mandan de verdad, es decir, al control político del mismo y a la legión de
enchufados nombrados a dedo que componen hoy nuestra institución. Las reglas a
cumplir por un Ayuntamiento en quiebra, no garantizan nada la realidad que vivimos.
La “respuesta” de los que nos gobiernan, se ha limitado a
recordarnos a todos los “colocados” del anterior equipo de gobierno. Se han
limitado a recordarnos el Reglamento y a citar pormenorizadamente los elementos
de control, que en realidad no controlan nada, sino que se limita a dar por
buenas todas las supuestas irregularidades de contratación que ellos mismos han
hecho y están haciendo, y a hacer operaciones comparativas entre ellas, tú más
que yo. Todos sabemos que entre quien entre a gobernar, todos contratan a los suyos,
especialmente si la prioridad es ganar votos. Seguimos pagando los mismos
sueldos de fábula a pesar de que terminaremos endeudándonos más. Levantar
calles en vez de apaciguarlas. Planes de empleo con subvenciones a 15 días el
paquete. Los políticos mentimos como bellacos en casi todo, la contabilidad local
es un saco de mentiras de principio a fin, y lo comprobaremos cuando se produzca
el desastre. La renta de las familias arcenses, en caída libre, tenemos un gasto
desorbitado en personal. ¿Dónde está la auditoría independiente que tanto nos
prometieron los que ahora nos gobiernan?. Dada la discutible fiabilidad, en mi
opinión y en la de muchos ciudadanos independientes, necesitamos una gestión
más austera y sobre todo las cuentas claras para saber a qué atenernos. ¿Cuánto
se debe en realidad?. Llevamos años sin pagar la seguridad social de los
trabajadores, millones de euros de deuda, por poner un claro ejemplo. No
gestionamos, hacemos política fácil para ganar votos de unos ciudadanos aletargados
que no se dan cuenta de la situación crítica que vivimos. Se trata sin duda de
una cuestión económica esencial, y lo de la auditoría independiente que prometieron hace tres años, simplemente nos
parece un chiste. ¿Qué tienen que decir los sindicatos y la legión de
enchufados habitual?. Lo único que saben de una auditoría es que empieza por los
suyos y termina por los suyos pasando por subvenciones y obras públicas que
siempre se adjudican a los mismos con diferentes “collares”. Seguimos gastando
más de lo que ingresamos y nos siguen mintiendo. No pagamos la deuda y seguimos
contratando a más personal.
Un Ayuntamiento, “la casa de todos”, está siendo sometido
gradualmente al control político del nuevo régimen que toca de poder, hasta
quedar convertido en lo que es hoy: “el cortijo del que gobierna”, saben los
ciudadanos, por ejemplo, que tenemos contratados 8 arquitectos, 4 técnicos y 4 superiores).
Tenemos un pacto como dijimos el primer día, supuestamente legal, lo mires por
donde lo mires, en ningún caso ético. Tu colocas, yo coloco y así todos
“colocaos”.
Además, hay otra medida decisiva en el engaño a los
ciudadanos cara a las elecciones y eso lo iremos informando cuando llegue su
momento. La tesis oficial del equipo de gobierno de Arcos, es que en medio de
una gigantesca crisis financiera, en Arcos pagamos a los proveedores. El pueblo
más endeudado por número de habitantes, y con más paro de la sierra y de la provincia
de Cádiz, “parece” no haber ninguna
crisis, o será que vendiendo el servicio del agua, hemos “echado más cloro” a
las arcas municipales. O que pagamos con vales de gasoil las horas extras. Manipulación
en toda regla de los hechos, de las pruebas existentes y de los números
ofrecidos. Los verdaderos funcionarios profesionales, añado, que cuantifican y están
viendo la realidad del Ayuntamiento de Arcos, no dan crédito a las noticias económicas
que se vierten en los medios de comunicación y en las sesiones plenarias con
presupuestos ficticios. El grado de miseria moral no tiene límite ni frontera
en Arcos. Que cada uno saque sus conclusiones. Salud y calma, o nos salvamos
todos, o aquí no se salva nadie.
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