viernes, 6 de enero de 2012

Arcenses que se merecen al menos una placa en su casas

     José María Pérez Gómez
     Arcos de la Frontera

José Matheo Valcazar Navarro
"Tragabuches"
En el solar que hoy ocupa esta casa nació
 "Tragabuches"
    Contaba mi Padre, Manuel Pérez Regordán, en más de una ocasión que en nuestra familia hubo un famoso bandolero y que a nosotros, sus hijos nos tocaba en la sexta generación, un tío abuelo a caballo entre el siglo XVIII y el XIX, este bandido no era ni más ni menos que José Matheo Valcazar Navarro, que cuando se echó a la serranía cambió su apellido Valcazar por el de Ulloa para no desprestigiar a la familia y fue conocido con el nombre de guerra de “ Tragabuches”, fue torero, cantaor, guerrillero y bandolero, su historia quedó reflejada en el libro El Bandolerismo Andaluz que escribió nuestro progenitor. Nació en el solar de esta casa que veis a la derecha, el día 21 de septiembre de 1781 y fue bautizado en Santa María por el cura don Andrés Núñez de Prado el día 28 del mismo mes.

     Como podéis apreciar la casa pasa desapercibida, carece al día de hoy de reconocimiento, no tiene ninguna placa y el pavimento de la calle deja mucho que desear pues la calle Barranco Caldeleros se halla en pleno centro de Nuestra Ciudad, es una de las calles más antiguas y está cubierta con una torta de cemento que desde los años ochenta que se quitó el empedrao restó a estas calles su dignidad arquitectónica, pareciendo calles sin importancia e insípidas en una ciudad que se tiene por turística y monumental.

Casa de don Antonio
 de la Zarza Real García de Veas
     Pero si Tragabuches no tiene reconocimiento en su propia casa, al menos tiene calle propia y se que por su formación, por sus hechos y forma de actuar como bandido, al que nunca cogieron, murió de viejo en la finca Morella, -como os decía fue formado militarmente por otro arcense al que tampoco se le ha reconocido, se trata de don Antonio de la Zarza Real García de Veas, que era un acaudalado señor y gran patriota, que se jugó su vida en más de una ocasión por defender a España de los invasores franceses y era militar de formación. En su casa del Barrio Bajo aun se conserva un zulo: si bajamos por el brocal del pozo del primer patio de esta casa, descubriremos una habitación con cocina y sitio para hospedarse, fue don Antonio el gran artifice de la Batalla de Bailén, el que reclutó a los caballeros piqueros, al que seguían por su carisma y conocimientos y así fueron hechos una piña que sorprendió a todos, incluso al general Castaños que se llevó la gloria en esta  Gran Batalla, conocido es que aquellos caballeros armados con picas, con las que trabajaban apartando el ganao bravo, seguían a su lider, el arcense que los motivó, su actuación fue decisiva en el transcurso de la refriega para decantar hacia el lado español la victoria, con un ejercito que oficialmente no existía y que llegó correteando franceses hasta el mismísimo París. Las espadas de los coraceros napoleónicos, las lanzas de los lanceros y demás armas de los dragones galos, se quedaban cortas ante las varas de los "ganaeros," que arrasaban con todo, enfrentándose hasta ese momento al mejor ejercito del mundo, sólo el rugido de los cañones pudo haberles hecho algo de mella y aun así no se hecharon para atrás.
Calle Matrera Abajo

 
    Esta casa es por si misma un Monumento Nacional, de aquí surge una de las semillas más importantes del patriotismo español, dentro de la casa el suelo sigue empedrado y además está adornado con huesos de buey de la época. Es una pena que tampoco tenga placa y que don Antonio de la Zarza Real García de Veas no tenga ningún monumento, ni calle ni reconocimiento. Uno de sus nietos, Manuel García de Veas Vaquero, conserva con orgullo la historia que mi ilustre Padre le regaló de su abuelo. De pequeño recuerdo como mi hermano Jacinto y yo, solíamos ir con nuestro Padre al desaparecido bar de Diego, en la calle Piedra del Molino, una de las historias que nos contaba era que precisamente por allí los franceses le dieron el alto al guerrillero, una noche muy oscura y que por los vericuetos de la " Peña Vieja" se perdió, hasta que para salvar su vida llegó a tirarse al Guadalete por una zona que aunque peligrosa, puede hacerse, cosa que sorprendió al enemigo que no pudieron seguirlo y a nosotros mismos cuando nos asomábamos al precipicio. 

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