Antonio Ortiz
Concejal y Portavoz del grupo municipal Ven-T con nosotros
En efecto, todos los tropiezos en el camino son ahora posibles. Es difícil saber a dónde vamos, aunque es cierto que no vamos a ningún lugar seguro ni beneficioso para la libertad y la paz. Seguimos creyendo que estas cuestiones internacionales no afectan a un pueblo pequeño como el nuestro, que la deuda ya se pagará. Mientras tanto, inconscientes, los políticos seguimos gastando lo que no tenemos, pensando que alguien lo arreglará.
A nivel internacional, esto va a
resolverse antes de lo que creemos: Rusia acaba de anunciar hace unos días que
quien quiera comprarle petróleo, gas o armas, ya puede buscar una moneda que no
sean dólares. A partir del 1 de junio, solo aceptan rublos, y quien no tenga
rublos que los compre con oro.
Mientras tanto, nosotros sufrimos
el día a día, desde Julio de 2011 ha subido sin parar el gas. De 14 euros a 18
la botella. En poco más de dos años se ha encarecido un 18,2%. El agua ha
subido y seguirá subiendo porque la empresa privada tiene que recuperar la
inversión y obtener beneficios. ¿Cuánto tienen que subir los impuestos para
pagar la deuda pública, para mantener este desequilibrio de pagos, cuántos
niños más tienen que estar en el umbral de la pobreza, cuánto tiempo
aguantaremos?. Es obvio de que no falta mucho. La situación internacional
financiera que vivimos, causará un efecto dominó que va a hundir al dólar, y
con él, la Unión Europea.
Se aproxima un nuevo ciclo histórico
en el que seremos muy amigos de Rusia y China, que nos ayudarán a librarnos del
yugo tiránico, dicen algunos y otros aseguran que de los verdugos de Wall
Street. Esperemos que los EEUU acepten su supuesta derrota con elegancia y no
quieran arrastrar al mundo con ellos montando alguna otra guerra para escapar de
sus crisis internas.
Dicen los que se autoproclaman “expertos”
en finanzas y economía, que la verdadera causa de la segunda guerra mundial,
fue el abandono por parte de Alemania del sistema financiero basado en patrón
oro. Sin duda Europa sobrevivirá a la
crisis ucraniana y a la del euro, dos crisis de las más graves que hemos tenido
desde los años 30. Pero una cosa es casi segura: la UE, tal y como la conocemos, ha entrado en agonía. Y con estas
circunstancias y panorama internacional aterrador, deberíamos decir que ser
patriota no es solo amar a tu país, es necesario un esfuerzo adicional. “Todavía
no he visto ningún concurso de acreedores en la Moncloa, y miren si debemos
dinero”. Creía haber visto todo y estar curado de espantos. Estaba equivocado.
Hemos llegado al límite de la cretinidad humana y de la irresponsabilidad
política. Seguimos actuando como si aquí no pasara nada. La barita mágica no
nos ayudará, las subvenciones tampoco. La deuda es exponencial, la situación
insostenible. No tenemos visión de futuro, vamos a la deriva con un timón que
dirige la macroeconomía y que no sabe poner en el mapa a España ni a un pueblo
como Arcos de la Frontera que necesita reformas estructurales y más conciencia.
Solo falta ver volar un burro por la peña de Arcos, para completar el ciclo de
lo esperpéntico y absurdo. En esto último, no me refiero a Eurovisión. Es
difícil saber a dónde vamos, aunque es cierto que no vamos a ningún lugar
seguro ni beneficioso para la libertad y la paz. Salud y calma, o nos salvamos
todos o aquí no se salva nadie.
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