Recreación Histórica |
Grazalema
Basándose en la historia del famoso bandolero José María " El Tempranillo", Grazalema se traslada por estas fechas a 1832. Una fiesta en la que participa casi todo el Pueblo y a la que acuden miles de visitantes.
El desaparecido escritor Manuel Pérez Regordán, en su obra "El Bandolerismo Andaluz" nos describe el siguiente episodio:
" Habitaba el matrimonio en El Gastor, cuando llegó la hora de dar a luz la mujer del ‘Tempranillo’ y, como era costumbre en la época, se trasladó a la búsqueda de su madre en la aldea de Torre Alháquime.
No bien se hubo enterado el corregidor de Torre Alháquime de la presencia de María Jerónima en el pueblo y de la inminencia del parto, lo puso en conocimiento de sus superiores, que enviaron de inmedíato un buen número de soldados voluntarios realistas y migueletes que se camuflaron en los alrededores para no levantar sospecha alguna entre los hombres de José María.
El día 6 de enero de 1832 conoce el corregidor, por medio de espías, que aquel mismo día dará a luz María Jerónima. La presencia de José María podría ser próxima y todos los caminos de entrada a la villa son vigilados desde lejos con el fin de que el bandolero entre y caiga en la trampa, pero, llegada la noche aún no había aparecido el ‘Tempranillo’. El corregidor ordena entonces que se apaguen todas las farolas de aceite que iluminaban las calles y que sus hombres ocupen varias casas, a la espera de que José María entre en Torre Alháquime. La quietud era total en el pueblo, cuando, de madrugada, se oye el paso de una cabalgadura. Era la jaca ‘Beata’ con el codiciado jinete jinete del corregidor. Nadie se interpuso en su camino y en una de las últimas casas del pueblo, por un ancho portalón, entró José María.
Un momento de la interpretación |
María Jerónima estaba ya en el trance del parto cuando los soldados se van agrupando y rodeando la casa. Sonó un disparo al aire y la voz de un oficial:
-¡José María, entrégate! ¡La casa está rodeada, no tienes escapatoria!
Lejos de entregarse, el bandolero empuña el retaco y dispara, sin saber adónde, por una de las ventanas. Alguno de sus familiares hace lo mismo y, en la oscuridad, los migueletes no se atreven a acercarse, mientras que cunde el pánico en el interior de la casa, se precipita el parto y muere María Jerónima después de dar a luz un varón.
Nada podía hacer ya el bandolero por su mujer y, pensando en la protección que tendría en la oscuridad, se metió al recién nacido en la faja y cruzó en la grupa de la ‘Beata’ el cuerpo sin vida de María Jerónima. Los del interior de la casa comenzaron a disparar para confundir a los soldados, mientras que José María escapaba con su doble carga, veloz por el postigo del edificio. Algunos migueletes se dieron cuenta y comenzaron a perseguir al fugitivo que, conocedor de los vericuetos de la sierra, lograba escapar mientras las balas de la tropa silbaban sobre su cabeza, como recuerda el cantar por malagueñas:
Por la sierra arriba
va como un gamo
y detrás migueletes
le van buscando.
En la fiesta participa el MUSEO DEL BANDOLERO DE RONDA |
Por las empinadas crestas de Zahara de la Sierra, camino del Puerto de las Palomas, se encamina en la noche hasta Grazalema, donde vive su cuñado Frasquito ‘el de la Torre’, al que entrega el niño. En el carnero de la iglesia parroquial de la Encarnación enterró el cuerpo de su mujer y contaban los ancianos del pueblo que, para que la justicia no la hiciese cuartos para exponer en los caminos, echó sobre su cadáver cal viva que consumiera de inmedíato sus restos.
Temiendo a la persecución, el ‘Tempranillo’ abandonó Grazalema para presentarse, el día diez de aquel mismo mes de enero, en la parroquia de la Encarnación y asistir al bautizo de su hijo José María, del que fue padrino el estepeño Juan Caballero y cuya partida sacramental figuraba en el libro 44, folio 17 vuelto, desgraciadamente destruído.
Este bautizo congregó en Grazalema a todos los hombres de las tres partidas de Sierra Morena, lo que produjo una verdadera invasión de bandoleros en el pueblo, ante los que nada pudieron hacer las autoridades. Se festejó por todo lo alto en la Plaza Mayor y el baile y el cante andaluz fueron los principales protagonistas...
... El escándalo fue colosal y en toda Andalucía se supo de la indiferencia con que el corregidor de Grazalema había tomado el asunto, sin llegar tan siquiera a ponerlo en conocimiento de sus superiores."
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