Arcos de la Frontera
No es fácil escribir cada semana con la intención de que más ciudadanos se interesen y nos lean. Sobre todo elegir temas del interés de una mayoría. La corrupción ha agotado todo el espacio permisible en papel, en formato digital y en fronteras. Los ciudadanos no alcanzábamos a pensar, a imaginar, que estuviera tan extendida la corrupción. Que estuviésemos en un sistema tan virtual, irreal y lleno de mentiras. Sólo nos dicen una parte, sólo vemos la punta del iceberg. Con lo que estamos viendo, debería ser suficiente para darnos cuenta del momento tan crítico que vive la sociedad. Algunos cretinos utilizan la palabra hambre para hacer política, otros distinguen entre desnutrición y malnutrición. Nosotros seguimos trabajando. Ven-t con Arcos sigue al “pie del cañón”. Se dice que los ciudadanos no te valoran por tus éxitos, sino por tus esfuerzos. Yo añado, que el sistema es intrínsecamente corrupto y por esa razón, es ingrata la valoración. No es la política el mal, somos las personas que estamos en política los malos de la película, y todo por falta de ética e influencia del mismo sistema. Si el de arriba lo hace, yo también…
El otro día, un ciudadano en la calle, me hizo una pregunta fuera de lo común, una pregunta atípica por lo complejo del tema. Leo sus artículos en el Arcos información, dijo este señor, pero me gustaría saber su opinión sobre la posibilidad de un cambio en el sistema monetario internacional. ¿Cree que existe la posibilidad de un cambio real, tiene solución la situación actual?. Para no pecar de futurista, ni que me tachen de Nostradamus, le contesté con contundencia: - Mire usted, no nos queda otra que cambiar. “Hemos tocado techo” hace mucho tiempo que estamos ante los últimos coletazos del dragón que agoniza. Le contesté.
Me llama la atención, la curiosidad de algunos ciudadanos. Pensamos todos los que vendemos a través de la política populista, “pan para hoy y circo para mañana”, que los ciudadanos siguen anclados en la ignorancia y la apatía. No es cierto, cada vez más ciudadanos se cuestionan y toman conciencia de la gran mentira, de la matrix que nos envuelve. A estas alturas, con la información disponible en la red, no deberían resultar preguntas trascendentales, especialmente, teniendo en cuenta el número de acontecimientos y casos de corrupción que surgen a diario y el nivel tan burdo de los que nos manipulan y pretenden “des-gobernarnos”.
Otro ciudadano me preguntaba: - ¿Cómo pretende conseguir más votos hablando de empleo digno, eso se traduce en la calle como más trabajo, no se da cuenta que nos han acostumbrado al subsidio, a la ayuda familiar y que ganamos lo mismo con los salarios actuales en casa, que salir a la calle a trabajar. Cómo se le ocurre hablar de reducir gastos, cuando la gente se ha acostumbrado al café para todos y gratis. Los ciudadanos no entendemos de deuda, ni queremos entender. Te lo dicen, sin cortarse un pelo,- “que lo solucionen los políticos que para eso roban”. No te das cuenta Antonio, que muchos de los que crean opinión en la calle, no les interesa lo que propones, se asustan porque creen que vienes a revolucionar el ayuntamiento. Antonio, hablas de humanismo, ¿estás seguro de que se entiende el concepto?. Todo lo que no cabe en el mundo de la lógica, cabe en el mundo de la política. La mayoría sabemos lo que hay que hacer, pero nadie se atreve. Sabemos que no podemos contratar a tanto personal, pero todo el que entra a gobernar, contrata a los suyos. Son los llamados votos comprados, los enchufados. Cuando hablas de reducir gastos y personal, no te da votos, te resta votos. En política se trata de sumar, no de restar. Cuando hablas de “poner los papeles sobre la mesa”, la famosa auditoría que llevas pidiendo tres años, se interpreta que los de ahora y los de antes, incluyendo el interventor, se ponen nerviosos, porque todos han cometido supuestas irregularidades. El sistema se lo ha permitido, y nosotros, lo hemos inconscientemente asumido. Nos hemos inmunizado y no nos escandalizamos de la corrupción, presuntos delitos de cohecho, malversación de caudales públicos, fraudes y exacciones ilegales, tráfico de influencia, prevaricación, amenazas, coacción, encubrimientos, comisiones y extorsiones.
Si todos los que te damos la mano y un tortazo en la espalda, te votáramos, el actual alcalde estaría en sus quehaceres microfónicos y su socio enseñando para que en educación, nuestros hijos, no estén los penúltimos en el informe PISA. Pero no es así, y tienes que asumirlo. Piensa cómo ganaron las elecciones...No te creas todo lo que te dicen, ni lo que veas en política… en fin, hasta luego y sigue luchando Antonio, cuenta con mi voto y con el de mi familia, ya tienes cuatro. Ah, y no te olvides que cuando entres en el ayuntamiento, mi hijo mayor, ha terminado la carrera, no te olvides de él que está en el paro y se va a tener que ir a Palma de Mallorca a trabajar… no es realmente por él, a la madre le da algo si se va el niño y al final la tengo que aguantar yo. Ah, por cierto, se me olvidaba, ¿es verdad lo que dicen de la playita de El Santiscal?... - Así terminó otra de las muchas trascendentales y formativas conversaciones de la opinión ciudadana.
Sigo teniendo esperanza en la calle, en los ciudadanos, en el humanismo que promulgamos, aunque no se entienda su trascendencia actual; Creo también, en los que se dejaron comprar por un montadito y un castillo hinchable. Y me acuerdo mucho de la frase, ahora mítica, tan usada por los políticos: “el pueblo es sabio”. Yo no debo serlo tanto, ya que hay muchas cosas que veo, escucho y que prefiero no entender. Eso sí, no voy a callarlas porque es mi obligación como concejal de Arcos de la Frontera y también como ciudadano. Salud y calma, o nos salvamos todos o no se salva nadie.
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