miércoles, 18 de abril de 2012

Un premio muy caro

José María Pérez Gómez
Arcos de la Frontera

       España es uno de los países firmantes en contra del comercio de marfil, así de claro, en España está prohibido matar a un elefante, aunque no los haya, porque desde aquí supuestamente perseguimos o debemos perseguir a los que lo hagan y mientras esto sea así, da igual que la cacería sea legal en el país de origen, dado a que la comunidad internacional vela por los derechos de los paquidermos y no se fía de los caciques africanos.

       Como diría el personaje que encarnaba el actor Clint Eastwood en la película “Cazador blanco, corazón negro”:

       “- Matar un elefante no es un delito, es algo más..., es un pecado que yo me puedo permitir...”

       Aun así, el actor no cejaba en su empeño, quería matar un elefante. Un premio muy caro, al rey de España le ha costado una prótesis de titanio y pedirle perdón a todos los españoles por la vergüenza que nos ha hecho pasar. Matar a un elefante es algo más que un pecado, es una catástrofe, un asesinato, 37.000 €uros no terminan de cubrir lo que cuesta salvarlos. La actriz Brigitte Bardot ha escrito una carta muy indignada al rey, ella es una muy reconocida defensora de los animales y tiene orfanatos dedicados a recuperar a los elefantitos que se han quedado sin madres, víctimas del terrorismo furtivo u organizado.

       Gracias Majestad por pedirnos perdón, eso dice mucho de usted, pero aun así no podrá devolverles la vida a los osos, elefantes, leopardos y demás seres que usted ha matado, a esos seres que están protegidos o no podemos permitirnos cazarlos los que no tenemos una condición social de alta burguesía o nobleza.

       Le comprendo porque teniendo tantas cosas sólo puedo aspirar a ser travieso, me gusta divertirme y que los que me rodean sean felices, me invitan a algunas orgías de sangre a las que siempre me las arreglo para poner cualquier escusa, pues me pongo malo y duermo mal, no puedo ir a una matanza o a una montería mayor y aunque tengo uno de los mejores perros del mundo, hago un esfuerzo para que él se divierta y sea feliz, que sea y se sienta orgulloso de ser perro, porque un bodeguero andaluz es muy inquieto. Como le decía me gusta verlo feliz, me encanta su carrera, ver como corre detrás de una liebre o un conejo, más que si caza, que no le ayudo con una escopeta, porque mi religión o moral no me lo permite. Un día “Benito,” que así se llama el perro, cometió un pecado, escarbó en una madriguera y sacó un gazapito, lo miré y le reprendí, no se como me comprendió, no sabía como explicarle que ese gazapito no merecía una muerte tan vil, porque temía que dejara de ser perro, por lo que no quería gritarle, no lo hice, se lo dije educadamente y “Benito”, avergonzado, abrió su boca dejándolo escapar, como pidiendo perdón, algo que me llenó de orgullo.

       Con esto quiero decirle que aunque es reprobable cazar elefantes, también es un orgullo que un rey pida perdón, porque no estamos acostumbrados, hágalo más a menudo. Por mi parte le perdono, se que no se repetirá, no soy quien para juzgarle, aunque este artículo empezó desde el recelo, ya que tenía algo pensado antes que usted pidiera perdón y espero que usted también perdone a los que cometemos el error de equivocarnos casi todos los días. Cometer pecados todos podemos hacerlo, pero dar gracia y tener misericordia es sólo cosa de gente grande. Ojalá y a partir de ahora se tome en serio la protección de los animales, la Naturaleza..., si se lo toma como una penitencia cambiaría su imagen pública y se lo agradeceríamos. Y ahora se lo pido por favor..., hagalo, usted puede.


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