martes, 16 de julio de 2013

Contra las cuerdas

José María Pérez Gómez
Arcos de la Frontera

Satán que maneja bien los números y sabe de cuentas en “b” un montón, no está preso, aunque lo parezca, que está en su casa, en el mismo infierno, desde donde juega y organiza la partida a su antojo…, desde donde no se tiene nada o casi nada que perder y encima está dando lecciones de “honorabilidad”, con sus mejores peones, los que dan ideas, los que están en la trena. Hasta allí un abogado dicharachero ha llegado ¿Qué regalo tan bueno, cómo le habrá venido, si no le quedan amigos?
En un país que parece de pandereta, con gentes ingenuas y pobres de mentes en el poder, atesorando dinero y más dinero, sin pensar cómo ni de quién lo consiguen, son personas dóciles, fáciles de manipular y de comprar, porque piensan que este es el verdadero poder, se sirven de la política para conseguir sus objetivos, que para ellos lo de servir al ciudadano es perder tiempo y billetes… Si el dinero está “blanqueao” o no ¿Quién va a notarlo…?
El juego está cambiando, el “poder” está contra las cuerdas y de lo que no debería haber pruebas, resulta que el diablo guardaba los recibos y su propia contabilidad. Un ingenuo que tiene entre sus filas durante más de veinte años al mismísimo Satanás que le engaña y le compra el alma sólo por dinero. Cuando se da cuenta quiere traicionarlo, tendiéndole una trampa y abandonándolo en un presidio. Desde luego hay que ser incauto, porque con el demonio no se juega ¿A qué precio vendió su alma, si es que lo sabe? O ¿No lo sabe…?
Ahora desde el infierno se burlan de él, porque hasta los demonios tienen orgullo, amenazan con tirar de la manta y dejarlo en pelotas delante de sus enemigos…, enemigos que ya se han enterado de algo a través de los medios de comunicación, siempre la prensa ¡Ay, maldita prensa! Y afinan sus lenguas, sus bocas, sus dientes, exigiendo explicaciones, dimisión, cárcel…
Quejabase de que los medios de comunicación no hablan de las cosas verdaderamente importantes, de lo que en realidad le importa a él: no hablar del tema porque esto crea una mala imagen y falta de confianza en el exterior, donde sus amigos han depositado su confianza y sus cuentas. Por ello convoca a la prensa y da sus explicaciones, eso sí, a través de una pantalla donde no caben las preguntas impertinentes y desde este púlpito lanza exabruptos a la ciudadanía:
“- Mañana nuevos recortes y subidas de impuestos porque tenemos que cumplir con nuestros compromisos.”
Y esto está provocando el caos, donde muchas familias ya no tienen para comer, por lo que aumentan las discusiones familiares, roturas de parejas y suicidios.
Existe un juicio paralelo en los medios, sí y gracias a ellos se investigan, se destapan estos desmanes, creando opinión y se derrumban malos gerifaltes. El mismo juez que lleva el caso parece ser que de todo se entera por la prensa, de ahí obtiene su materia. Lo de citar a un periodista durante dos horas como testigo estará bien, pero querer enterarse de las fuentes es un disparate que atenta contra las leyes internacionales de prensa: los jueces tienen que respetar las fuentes y lo que es más, deberían de proteger a los periodistas de cualquier tipo de presión vengan de donde vengan, porque es un trabajo digno.
En un país poderoso un presidente por un simple lío de faldas dimitió y eso que esto no tenía por qué afectar a su forma de gobernar. España… ¡España es diferente! Aquí no dimite nadie.

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