martes, 16 de julio de 2013

FIN DE VACACIONES Y SIGUEN LOS PROBLEMAS CON LA BUROCRACIA PERUANA

José Luis Calvo Vicente
Lima - Perú

       El sábado a las 4,30 de la tarde aterrizaba en el aeropuerto de Lima y desde entonces he estado muy ocupado. Esa misma tarde me acerque a la capilla del Paraíso donde iban a tener una celebración de la palabra y pude llegar a tiempo para tener la eucaristía. Después me fui a la cuasi parroquia sagrado corazón de Jesús de Nazaret y estuve hasta las 11 de la noche poniéndome al día de la marcha de la pastoral parroquial en los diez días de mi ausencia. El domingo, tras la misa de siete de la mañana en la cuasi parroquia partí para Huaral (a unos 50 Km. de Lima) con otros compañeros para asistir a las bodas de oro sacerdotales  de dos misioneros españoles pertenecientes al IEME (Instituto español de Misiones extranjeras). Fue un día muy emotivo en el que estuvieron acompañados por muchos sacerdotes, religiosas y laicos de las distintas parroquias donde habían estado en Perú durante cuarenta años. Hoy Lunes he tenido el día más relajado antes de empezar toda la tarea que tengo en el Centro Santa Rosa de Cáritas, la cuasi parroquia Sagrado Corazón y en las capillas y cerros del Paraíso en este invierno donde el agua, el barro, la humedad y el frio nos van a acompañar durante al menos cuatro meses más todavía.

                Ya he comentado lo que he hecho en estos 10 días de vacaciones y como he disfrutado en Colombia recargando las pilas para seguir con la tarea aquí en Lima. No, no voy a dejar Lima por Colombia, volveré algún día en dos o tres años pues me ha gustado mucho Colombia, pero para ir de vacaciones, mi lugar de trabajo misionero lo tengo claro de momento: los cerros desérticos de arena y piedras donde vienen a vivir las familias más pobres de Perú al servicio de  la diócesis de Lurin-Lima Sur hasta que mi obispo de Jerez en España no diga lo contrario. Ahora quisiera comentar lo que me ocurrió el último día de mi estancia en Colombia y concretamente en el aeropuerto que viene a completar mi reflexión anterior sobre la burocracia peruana.

                Llegue al aeropuerto a las 10 de la mañana con más de tres horas por delante antes de la salida del avión a la 1,30 de la tarde. En cuanto empezaron a recoger el equipaje me acerque de los primeros. Tras mirar mi pasaporte me pregunto si tenía billete de avión de salida de Perú. Me quede extrañado y le dije que no porque yo vivía en Perú y me iba a quedar allí. Me dijo que yo iba a entrar en Perú como turista y según las leyes peruanas solo puedo entrar en avión a Perú si tengo un billete de salida y que no podían dejarme embarcar sin ello. Entonces le dije que era lo más rápido para hacer en ese momento y no perder el vuelo a Perú. Me dijeron que fuera a las oficinas de Avianca que estaban al lado y sacara un billete para de avión para España. Fui y pregunte y me dijeron que valía cerca de 800 dólares. Enseguida me di cuenta de que no tenía esa cantidad, me quedaban 400 euros y algunos pesos colombianos y no muchos soles. Les dice que no tenía dinero suficiente y que yo necesitaba tomar el vuelo para Perú como fuera que hacía que tratara de buscarme un vuelo más económico de unos 500 dólares. Me dijo que no necesitaba ser el viaje a España que podía ser a otro lugar con tal de tener un billete de avión con salida de Perú con eso ya me iban a dejar embarcar. Le dije que mirara entonces el billete más barato y después de diez minutos me dijo que lo más barato era a Santa Cruz en Bolivia, 493 dólares. Me pareció carísimo pero no veía otra solución en ese momento. Ni se me ocurrió pensar en mirar en otras compañías que estaban al lado, en ese momento lo único que pensaba es en poder tomar el avión para Perú. Al ir a pagar me dice que tiene que ser en pesos o en dólares, que no aceptan euros. Le pregunto que donde hay caja de cambio y me dice que en esa terminal no hay, que tengo que ir al aeropuerto viejo. De nuevo me veo perdiendo el avión. Le pregunto cómo ir y me indica que hay que bajar las escaleras y seguir por un corredor que lleva al aeropuerto viejo donde están las salidas nacionales. Tarde más de 15 minutos en llegar cargado con todas las maletas. Con los dólares cambiados regrese y había cola en la agencia de Avianca y tuve que esperar unos 15 minutos con los nervios a flor de piel. Por fin me dieron mi billete de Perú a Santa Cruz y me fui de nuevo a embarcar. En ese momento había una cola enorme pero buena, quedaba todavía tiempo para embarcar gracias a que llegue con mucho tiempo al aeropuerto. Al ir llegando ya una azafata pregunta si los turistas han hecho ya la exención de impuestos sorprendiéndonos algunos que no sabíamos nada de eso. Nos explico que en Colombia se pagan impuestos en el aeropuerto salvo los turistas que había que ir a una oficina a solicitar la exención. Pues nada, otra vez con todas las maletas a buscar la oficina. Tras hacer recibir el papelito con la exención ya habían pasado todo el mundo quedábamos solo los que habíamos ido a por el dichoso papelito. Al ir a facturar ya metiéndonos prisa porque era tarde todavía tuve que sacar de la maleta alguna cosa y meterla en el bolso de mano porque me pasaba casi un kilo del peso permitido. Corriendo en la aduana pues quedaba ya una media hora para la salida del avión respiré cuando estuve en el avión. En Lima todo bien, me preguntaron cuantos días iba a estar y le dije que los máximos permitidos porque iba a tramitar la residencia y me dieron 180 días. El próximo Lunes iré a inmigración a iniciar los trámites del pase de turista a residente y ya voy pensando que nuevos problemas me van a surgir en inmigración pues la burocracia peruana es imprevisible ya que, aunque creo que ahora tengo todos los papeles que me han pedido, no se sabe que puede pasar o si cambian las leyes y exigen otra cosa nueva pero espero que en 180 días, poder salir de esta situación en la que me dejado  la burocracia peruana y también mi despiste de salir a España sin darme cuenta que me iba a caducar la residencia estando allá. Espero que este sea el último capítulo de los problemas con la burocracia peruana.

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