sábado, 13 de julio de 2013

La Plaza del Cananeo homenajeó a Miguel Cambayá

Rocío de Carmela junto a su padre: Miguel Cambayá
José María Pérez Gómez
Arcos de la Frontera

Miguel Durán "Cambayá"
      




       Miguel Cambayá nos recordaba a Miguel Cambayá: su padre y nos puso una grabación de la época, también nos contó algunas anécdotas, al poco que subiría al escenario, Miguel Cambayá, hijo y nieto de los dos anteriores…

       El protagonista de este homenaje era también un gran saetero y según la revista Las Calles de Arcos, marzo de 1976 número extraordinario dedicado a Semana Santa, publicada por mi padre, Manuel Pérez Regordán, recogió un fragmento del Pregón  de 1974 pronunciado por Antonio Murciano, dice así:
 
        Recuerdo de Miguel Cambayá o el milagro de una saeta

       (...) De los numerosos milagros atribuibles a este nazareno inefable, hay una anécdota que se ha contado siempre en Arcos -y de la que Manolo Pérez me diera días atrás datos exactos- que demuestra la enorme fuerza popular, el hondo imán de su advocación y su figura. La protagonizó "Cambayá". Corría la primavera de 1932; el momento político español era tenso, inseguro y de un materialismo alarmante, con persecución de religiosos, quema de iglesias y conventos... Arcos sabe mucho de esto. Y es lo cierto que aquella Semana Santa llevaba muy pocos penitentes y era admirada por escasísimo público. Pero la noche de Jesús era la noche de Jesús. No obstante, la procesión venía Bóvedas arriba, Cuesta de Belén abajo, bastante en solitario y con sólo un par de docenas de encapuchados violetas. Desde el balcón del Casino, un hombre serio y solo, con aquella flamenquísima y llorada voz suya, con aquel buen gusto nato, con aquel cante suyo casi hablado, se encaró con el Nazareno y le cantó impresionantemente una saeta. Al terminarla, del propio casino, de los bares cercanos, de las casas, comenzó a salir una muchedumbre cabizbaja y silenciosa, que en ordenadas y apretadas filas acompañó a Jesús durante todo su nocturno recorrido, sin despegar los labios y con el corazón a punta de lágrima.

       La inolvidable y maravillosa saeta que hizo aquel milagro, rezaba así:

         "- Que España ya no es cristiana
            han dicho en el Banco Azul.
         Y aunque sea republicana,
          aquí quien manda eres Tú,
         ¡Lucero de la mañana...!"
 

Meínato



       El pasado viernes, el cante solemne por serranas de El Meinato, era acompañado por uno de los mejores guitarristas de España: Miguel Cambayá y no había competencia esa noche, bueno aparentemente, porque si que había al menos dos conciertos más en la ciudad, uno de ellos en las carpas, con capacidad para llenar un estadio, pero aquí estaba el mejor de los espectáculos, se nota que el flamenco es Patrimonio Mundial de la Humanidad, será por algo.

       En una plaza con mucho arte, en el recinto monumental de Arcos de la Frontera, la Plaza del Cananeo era el referente mundial del cante jondo, esta noche con un notable elenco artístico venido de todos los rincones para escuchar, disfrutar y aprender…, que cuando cantaba El Nono se notaba el poderío de su noble voz.

       El público también era multicultural, nuestro amigo Ramón Ruiz Barrera, guitarrista de profesión y arcense se desplazó desde Lisboa, ciudad en la que difunde nuestro arte; Desde Caracas, en Venezuela, Marcos se ha adaptado a nuestra ciudad, que lo hemos apadrinao y ya es un forofo más ¡Cómo anima el tío...! De la ciudad de Cali, en Colombia, Eduardo Arboleda ya es un arcense involucrado y haciendo estudios antropológicos; también había argentinos, ingleses, jerezanos… y sobre todo, muchos arcenses.
Nono


       Pero si hay arte, Rocío de Carmela, hija de Miguel Cambayá junior acompañando a su padre, todo un espectáculo y complicidad en el escenario, hasta aquí el cartel oficial, el anunciado, que los postres lo pusieron Juana cantando por tanguillos y Joselito de Arcos por alegrías.
 
       Una vez más dar las gracias al Mesón del Cananeo, a Juan Luis y a Nieves por la organización del evento.

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