miércoles, 3 de septiembre de 2014

Ya huele a feria

Feria de San Miguel
José María Pérez Gómez
Arcos de la Frontera


      Una suave brisa de viento me llegó a la cara, procedía del abanico de una embaucadora gitana para que comprara una flor a una morena en la Feria de San Miguel… De lo guapa que era la moza prendido me quedé y la copa que de fino bebía de un sólo sorbo la tomé, como no tenía morena clara, con picardía me trabajaba para sacarme algo de parné... 

      Sus ojos echaban chispas, su voz suave, tierna…, dulce y acaramelada. Mientras ella me cogía la mano y me leía las líneas de la vida, del amor, trabajo…, yo le leía los lunares de su traje y otras curvas mucho más interesantes. Me decía que me veía un futuro muy brillante pero enfrentado a gente muy poderosa a las que no debería temer porque la razón de mi parte estaría; que iba a tener de tres a cuatro hijos; que en el trabajo me veía llegar muy lejos… 

      Aquellas ferias en las que uno era un jovenzuelo todo parecía nuevo y la gente olía a perfumes e iban vestidas con trajes recién comprados. Por las mañanas en los paseos a caballo muchos hombres iban de trajes cortos, ellas de faralae…, y de las casetas salían unos olores a sardinas asás, mientras que en la calle este olor se mezclaba con el de las castañas. 

      Aunque llevo viviendo toda mi vida en crisis, esta palabra parecía que no se conocía y los conciertos del sábado en la caseta municipal eran de famosos cantantes de moda, que cobraban la entrada por supuesto. También solía venir un circo y se montaba una plaza de toros para un cartel que siempre decía:            6 toros 6…

      La feria de hoy es otro circo donde como antes muchos van a vendernos su voto y otros…, al contrario nos lo quieren comprar y es entonces cuando veo el mismo recinto que no ha sabido modernizarse y que ha quedado un poco viejo, ruinoso, que en el final de la calle han permitido que se construyese donde más barato salía porque se sabía que el terreno era falso. Cuatro años con la calle cortada y los pisos aun agrietados… Lo barato sale caro y hasta ahora esta “solución” se ha llevado del heraldo público que sepamos: tres millones sesenta y seis mil €uros en consolidar una calle.

      Aparcar en la feria…, tarea complicada, mejor ir en autobús o andando. Las ferias de antes eran chiquitas y recogidas porque eran por y para el pueblo, más hoy debemos evolucionar, que ya llevamos más de veinte y hasta treinta años de atraso. Nuestros invitados deberían sentirse como en casa, que estamos de Fiesta.

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